Dicen que el amor y el dinero no se pueden ocultar, y en la visita del Presidente Andrés Manuel López Obrador a Sinaloa, el “entendimiento” entre el tabasqueño y el Gobernador Quirino Ordaz Coppel fue más que evidente.
Desde hace tiempo, los mandatarios habían dado muestras de su amistad a través de sus discursos, las visitas reiteradas y el apoyo que ha encontrado Sinaloa para algunos proyectos, cuando hay estados que no consiguen que AMLO los volteé ni a ver.
Pero lo de esta visita fue explícito, el Presidente, que es poco dado a los halagos, se le dan más los reclamos y las acusaciones, se tomó todo el tiempo del mundo en sus discursos para felicitar y agradecer el apoyo de Ordaz Coppel.
Durante dos días, el Gobernador fue el anfitrión personal del Presidente, horas y horas de largas charlas que alimentan una amistad que comenzó en la campaña de López Obrador y que no ha parado desde entonces.
Desde Rosario hasta Mazatlán y desde el puerto hasta San Ignacio, el tabasqueño y el sinaloense se lanzaron abrazos y agradecimientos.
Y ya encarrerado, Ordaz Coppel correspondió los halagos con una frase muy clara:
“Señor Presidente, en Sinaloa se le quiere”.
El camino de la presa
La primera parada de la gira presidencial fue la Presa Santa María, un proyecto que ha pasado de todo y que por fin comienza a materializarse.
Aún y cuando apenas va el 10 por ciento de la construcción, al Presidente Andrés Manuel López Obrador lo impresionaron los túneles por donde correrán millones de litros de agua y que cambiarán para siempre la vida de miles de agricultores del sur de Sinaloa.
Lo más importante de la visita de López Obrador a la presa, fue la posibilidad de que sufriera el camino de acceso, lo que permitió que se comprometiera a apoyar su mejoramiento.
El único “pintito” en el arroz fue la imposibilidad de que los comuneros entraran a la zona de la presa, donde querían agradecer directamente al Presidente por el acuerdo firmado con Gobierno del Estado, pero finalmente la seguridad implementada por Presidencia no se los permitió.
La Presa Picachos y Miravalle
La segunda parte de la gira inició el sábado, donde el Presidente visitó la Presa Picachos y la Planta Potabilizadora Miravalle, la planta que está llamada a resolver los grandes problemas de abastecimiento de agua en Mazatlán.
Aquí el Gobernador Quirino Ordaz Coppel mostró la planta totalmente terminada y dijo en pocas palabras que esta obra no era “rollo”, sino una realidad.
Destacó que era una de esas obras que no se ven, pero que cambian la vida de las personas, gracias a la solución de problemas reales como el abastecimiento con agua de calidad.
Andrés Manuel López Obrador se mostró contento por ver cómo los resultados de la Presa Picachos se materializan en la operación de una planta potabilizadora y rápidamente, Ordaz Coppel aprovechó la recta y le propuso un nuevo proyecto al Presidente.
La nueva propuesta incluye el desmantelamiento de la planta tratadora del Crestón, para construir en su lugar un sitio turístico y llevar esa tecnología a otra zona de Sinaloa, una idea que el Presidente celebró.
Bueno, López Obrador estaba tan entusiasmado con la Planta Potabilizadora de Miravalle que pidió a la Conagua que lleve esa experiencia a otros estados, así que ahora Sinaloa andará sirviendo de ejemplo en otros lados.
La carretera
La última parte de la gira fue la visita a San Juan, San Ignacio, donde el Presidente atestigüó la construcción de la carretera entre San Ignacio y Tayoltita, Durango, uno de los proyectos más ambiciosos y de los que menos se hablan, debido a los retos que impone la geografía.
Fue ahí en San Juan, donde el Presidente aseguró que Sinaloa tiene un gran Gobernador, y donde Quirino Ordaz Coppel aseguró que los sinaloenses también lo quieren.
En San Juan, el Presidente agradeció a la gente que habita las sierras de México y que a cambio de su gran esfuerzo por sacar adelante esas zonas de tan difícil acceso, han recibido muy poca ayuda de los gobiernos.
La gente del pueblo se lo agradeció con muestras de cariño, y fue ahí donde se sintió a un Presidente más emotivo y cercano a la gente.
Cancelan la fiesta grande
La respuesta a la consulta realizada por el Ayuntamiento de Mazatlán sobre si se organizaba el Carnaval en el 2021 fue demoledora y nos dejó muy claro varias cosas.
La primera lección es para el Alcalde Luis Guillermo “El Químico” Benítez, la escasa asistencia a las urnas dejaron en claro su escaso poder de convocatoria.
De 30 mil personas que esperaba “El Químico” que fueran, asistieron mil 576 personas y de esos votantes, mil 417 personas dijeron que “no” quieren que se organice la fiesta. ¿Así o más claro?
La segunda lección para nuestras autoridades consiste en que les debe de quedar claro que la ciudadanía realmente está preocupada por otras cosas, como la pandemia o la crisis económica, mientras ellos se la pasan viviendo en sus frivolidades.
Después de que numerosas organizaciones ciudadanos se lo dijeron, de que decenas de programas de opinión se burlaron de él por andar promoviendo el Carnaval, el Alcalde tuvo que recibir un contundente “no” de la población.
Esperemos que de una vez por todas entienda que los mazatlecos necesitan un líder que los ayude a resolver sus problemas y que no se la pase viajando.
Comienza la guerra
Ni a Judas lo rechazaron tanto como a Gerardo Vargas Landeros en Morena y aun así fue a registrarse como precandidato a la Gubernatura.
Seguramente Vargas Landeros quedará fuera de la encuesta, después de que se le acusó de querer ensuciar el registro.
Resulta que al registro se presentaron varias personas con cartulinas de apoyo al Senador Rocha Moya, y se acusó a Vargas Landeros de llevarlas para hacer quedar mal al ex Rector.
Si lo pagó Rocha Moya o lo pagó Vargas Landeros, no se aclaró, pero sí demostró de nuevo que hay una polarización muy grande al interior del partido.