La Guerra en Ucrania que se pensaba que duraría unos tres días, a lo sumo una semana, ya lleva 43 días, con los ucranianos defendiendo su patria con una valentía jamás esperada, mientras el poderoso ejército ruso se ve obligado a reorganizarse y a reducir sus ambiciosas metas de controlar el enorme país del centro de Europa.
Los países europeos han redoblado su apuesta y han decidido enviar más y mejor equipo militar para permitir que Ucrania tenga mejores maneras de hacer frente a la invasión rusa.
Por lo pronto, los ucranianos han ganado el favor del mundo, que mira como un abuso la agresión rusa, desmedida y desequilibrada, como si un gigante decidiera pelear con un niño.
Ayer, una decena de países europeos decidieron expulsar a cientos de diplomáticos rusos, como una reacción a los asesinatos ocurridos en Buchan, una ciudad ucraniana, ubicada a las afueras de la capital Kiev.
Y mientras crece la dignidad ucraniana, cada día que pasa es más vergonzosa la instalación del Grupo de Amistad México-Rusia, patrocinado por un diputado federal del PT, en el corazón del Congreso de la Unión.
De por sí, la participación de México en el concierto internacional ya es limitada, apenas una descalificación de la guerra, por parte de la Presidencia, desde los micrófonos de La Mañanera, y poco más.
El mundo asiste a una de las peores masacres realizadas por el hombre desde la Segunda Guerra Mundial y la mayoría de los países mejor voltean para otro lado.
Es cierto, México no tiene capacidad para intervenir en un conflicto de esta naturaleza, pero por lo menos deberíamos dejar claro al mundo que no estamos de acuerdo con la barbarie y evitar que unos diputados oportunistas medren con un conflicto internacional que está dejando miles de muertos.