Apenas hace unos días, el Gobierno federal anunció el proyecto ferroviario que serviría para revitalizar el sistema de trenes de pasajeros en México.
Decimos “serviría” porque no es la primera vez que se intenta una reactivación similar. Ya antes, este y otros gobiernos han intentado echar a andar un sistema de transporte de pasajeros vía trenes.
Y que en un país tan grande como el nuestro, es increíble que casi todo el pasaje se mueva por autobuses vía terrestre, con el consabido más alto riesgo que esto representa, así como la tardanza y el deterioro incluso de las carreteras. Todos vemos cómo las carreteras en México, tanto libres como de cuota, están sometidas a una sobresaturación de tráfico.
Sinaloa, específicamente Mazatlán, aparece entre las siete rutas propuestas por el Gobierno, quedando en la denominada México-Querétaro-Guadalajara-Tepic-Mazatlán-Nogales.
Y no está de más reiterar que nuestro estado es de los pocos del País donde opera actualmente un tren de pasajeros, El Chepe, que es turístico-panorámico, pero finalmente es uno de los apenas cinco que están operativos.
Lo que habría que considerar en un proyecto de tal envergadura es que casi siempre éstos se quedan en el tintero, máxime porque, en el decreto publicado en el Diario Oficial esta semana, la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes establece que las empresas interesadas en tal inversión tendrán que presentar propuesta a más tardar el 15 de enero de 2024. Poco tiempo en realidad, para este tipo de proyectos.
Pero también podría ser “plan con maña”, porque el propio documento establece que si los concesionarios del transporte de carga no presentan propuestas, el Gobierno podrá asignar la modernización de vías férreas para el servicio a pasajeros a la Secretaría de la Defensa Nacional o a la Secretaría de Marina, instituciones ya encargadas de la operación y construcción del Tren Maya y del Tren Interoceánico del Istmo de Tehuantepec.
Visto fríamente parece un alentador proyecto de movilidad de personas en el País, sin embargo, sabemos que dichos proyectos no están exentos de la política.
Pero sobre todo, que se dificulta concretarlos a la primera.