Todo igual

    Ha venido tantas veces el Presidente Andrés Manuel López Obrador a Sinaloa que parece que nunca se ha ido.

    Sinaloa es un buen catalizador de su carrera política, aquí llegó cuando todavía no era nadie, apenas un candidato de izquierdas cuando en Sinaloa pocos entendían de qué se trataba eso.

    En ese entonces, lo recibía una pequeña comitiva, los que ahora son alcaldes y Gobernador electo, algunos empresarios, no muchos, habría que recordar a don Julio Berdegué, el hotelero mazatleco que siempre le ofreció dónde dormir.

    Ya con Morena a sus espaldas comenzó a reunir más gente, la comitiva fue creciendo, al mismo tiempo que su discurso y las posibilidades de que fuera algo cada vez más grande.

    Llegó como candidato desconocido, después como candidato perdedor y luego como Presidente legítimo, aunque solo fuera el membrete que le permitió recorrer México, para seguir sembrando su devoción por los pobres.

    Por último llegó como candidato ganador, arrastrando a una multitud que apenas la contenía las barreras de acero que instalaron en sus eventos.

    Ahora sigue llegando, pero lo hace como Presidente, y seguramente le gustaría abrazar a las multitudes que antes lo recibían, pero se tiene que conformar con pequeños grupos, por aquello de la pandemia.

    Nos gustaría contarle, señor Presidente, que aquí todo sigue igual, igual la violencia, los problemas de abasto de agua, los mismos daños aunque otros los huracanes, la misma pobreza, las mismas mujeres sufriendo el castigo de ser mujeres.

    Aquí todo sigue igual, señor Presidente, aquí estamos esperando a que nos llegue la bendita transformación.