Para nadie es un secreto que la pandemia por el Covid-19, el temor a la muerte, el encierro y todas las preocupaciones que implicó la amenaza de no poder trabajar o estudiar, vino a detonar una crisis en la salud mental.
Es obvio que eso aún lo padecemos y que se habla solo dentro de nuestras familias.
La ansiedad y la depresión se convirtieron en temas tan triviales como hablar de una gripe o una fiebre.
Según el Sistema Epidemiológico Nacional de la Secretaría de Salud, en Sinaloa se registró un incremento del 100 por ciento en casos de la depresión en el estado en lo que va del año, pues de 590 casos que se tenían el año pasado se pasó a 611 nuevos casos.
Lo significativo es que es un problema que afecta un poco más a las mujeres con 439 registros contra 179 de los hombres.
Esas cifras colocan a Sinaloa en la posición número 11 respecto a las 32 entidades federativas.
Este problema no es algo que lo debamos dejar por un lado, pues ya son varias las alarmas que se han encendido.
Hay que recordar que en octubre de 2023, debido a la alta incidencia de este padecimiento, el Senado de la República reconoció a la depresión como causa legítima de incapacidad laboral.
