Silencio electoral

03/06/2021 04:00
    Ningún candidato acepta que perdió limpiamente, es más algunos ya preparan el terreno para realizar sus protestas de manera sistemática, y esto tiene una razón muy lógica, ahora se puede revertir un resultado en la mesa.

    Desde hoy, hasta el 06 de junio, cuando concluya la fase más importante del actual proceso electoral, la votación, los candidatos y candidatas están obligados a guardar silencio.

    La regla es muy sencilla, la llamada “veda electoral” arranca tres días antes de la votación y concluye con la clausura de la última casilla, el tramo del proceso electoral más silencioso, algo así como el “ojo de un huracán”.

    Antes de la veda electoral los candidatos y candidatas hacen el mayor ruido posible, intentando convencer a los votantes de que son la mejor opción y después de la veda comienza el ruido, pero de los reclamos.

    Desde que se enterró al viejo régimen del PRI, pasamos de la aceptación completa de los resultados de una elección al reclamo sistemático.

    Ningún candidato acepta que perdió limpiamente, es más algunos ya preparan el terreno para realizar sus protestas de manera sistemática, y esto tiene una razón muy lógica, ahora se puede revertir un resultado en la mesa.

    Antes, el único poder que prevalecía era el de los caciques políticos, pero ahora los tribunales electorales le pueden tumbar una elección al más pintado, así que reclamar se ha convertido en una posibilidad real de conseguir el poder.

    Así que prepárese para una ruidosa etapa de reclamos, hasta el menos favorecido por el voto encontrará su forma de reclamar por otra vía, el apoyo que no consiguieron en las urnas.

    Los siguientes días y semanas de la elección, los que más reclamarán son los que pierdan con poquito, hasta que las aguas regresen a su nivel y se sienten en las sillas del poder los favorecidos por una de las elecciones más ruidosas, violentas y pobres en propuestas de la historia.

    Así que disfrute estos tres días de silencio electoral, porque en mucho tiempo no volverá a sentir esa tranquilidad que nos regala una veda electoral.