Editorial
No es privativo de Sinaloa, las costas de México arden, angustiadas por el desorden en los negocios de la pesca.
Los pescadores no solo tienen que lidiar con precios bajos de los productos, con combustibles caros y la ausencia de apoyo de las autoridades, ahora el saqueo se ha convertido en una nueva forma de acabar con los escasas especies que hay para explotar.
Y detrás de los saqueos de cualquier especie siempre encontramos al desorden y la complacencia de las autoridades.
Pero el saqueo que hoy se denuncia por parte de los pescadores ribereños en la zona norte de Sinaloa comenzó hace varios meses, con zonas completamente fuera de control, como los sistemas lagunares del sur de Sinaloa.
Noroeste denunció que en las casas de pescadores de municipios como Escuinapa, Rosario y Mazatlán se podían observar los secaderos de camarón a cielo abierto.
¿Y qué ha pasado? Nada, absolutamente nada, la vigilancia que realizaban elementos de la Marina hace tiempo que desapareció y apenas ahora comienzan a desplegarse los efectivos, cuando el problema ya tiene meses.
Ahora, el problema es que después de meses de espera, los efectivos de la Marina recorren la costa de Sinaloa y observan cómo los pescadores ribereños saquean el camarón de altamar que todavía se encuentra en veda.
La desesperación de cooperativas y armadores está justificada, porque ellos realizan la denuncia con la esperanza de que se enfrente y se detenga el problema, pero los marinos se dedican a ser solo testigos en altamar.
Además, las cooperativas han denunciado que las costas de Sonora también han entrado en el saqueo ilegal, incluso han observado a pescadores sonorenses en aguas de Sinaloa, en un abierto desafío a las autoridades.
El desorden prosigue, a pesar de los nuevos gobiernos y las muchas promesas.