Saber comunicar

    El tema de la inseguridad y de la violencia es lo que más hace sentir incómodos a quienes gobiernan en alguna de las zonas del País y aspiran a que esos asuntos sean los menos abordados. Pero guardar silencio ante ellos resulta contraproducente, porque entonces se genera una ola de versiones y de desinformación que cuando la autoridad decide actuar, resulta tarde, porque una narrativa se ha implantado en el pensar colectivo.

    A veces resulta que el tema de la inseguridad y de la violencia es lo que más hace sentir incómodos a quienes gobiernan en alguna de las zonas del País y aspiran a que esos asuntos sean los menos abordados.

    Pero guardar silencio ante ellos resulta contraproducente, porque entonces se genera una ola de versiones y de desinformación que cuando la autoridad decide actuar, resulta tarde, porque una narrativa se ha implantado en el pensar colectivo.

    Ha pasado a nivel nacional y también ocurre en Sinaloa. Cuando ocurre algo que altera la tranquilidad de alguna comunidad, la información corre más rápido por canales informales en lo que la autoridad alcanza a reaccionar.

    Y tal vez hay momentos en que se necesita prudencia para interpretar algo que está ocurriendo, pero entre más tarde en comunicarse, más teorías sobre lo ocurrido se distribuyen de boca a boca y de dispositivo en dispositivo.

    Y por eso es que el Gobierno debe aprender a comunicar sobre las crisis que llegan a presentarse. Ya los organismos empresariales advierten de la psicosis que llega a sembrarse en la gente lo cual impacta en diversos negocios.

    Hay puntos de coincidencias en que nadie espera que ocurran hechos violentos que puedan afectar a la población, pero cuando llegan a ocurrir, lo que menos ayuda es el silencio.

    Si la autoridad aprende a decirlo, a explicarlo y a dar información sobre las salidas que se buscan, la sociedad podrá estar tranquila.

    Pero si después de hechos ocurridos, la apuesta es a que el silencio se imponga en todos, poco podrán hacer los gobernantes para que los ciudadanos les regresen la confianza que les han depositado.

    En ningún momento la población espera que ocurran hechos violentos y si se llegaran a presentar, desearían estar lejos de ellos. Pero si ocurren, como han ocurrido, lo mínimo que se espera de la autoridad es una explicación. El silencio crea zozobra, mientras que la información, al menos permite entender parte de lo ocurrido. Ojalá que no haya ninguna crisis más, pero si se presentara, que sepan comunicar.