No hay ninguna duda de que los últimos años han sido de bonanza para la actividad turística de Mazatlán. Basta con revisar la ciudad para darse cuenta de cómo se sigue expandiendo y esa es una de las señales importantes.
Miles de turistas vacacionan en la ciudad, ya sea durante un fin de semana, cualquiera del año, o durante los períodos oficiales de las vacaciones, y cada vez se nota más la afluencia de visitantes.
Sin embargo, mientras el puerto atrae a miles a visitarlos, la ciudad poco ha hecho para incidir en que ese crecimiento se haga de manera ordenada.
Sí, la ciudad se presta mucho a la diversión, a la relajación, y también, a no cumplir con las reglas. Porque hay que ser honestos, a muchos les gusta porque alguien les ha dicho que pueden divertirse donde sea y no pasa nada.
Pero imponer reglas, por más mínimas y elementales que sean, cuesta, sobre todo, cuando de tomar una decisión se trata.
Porque sí, se habla mucho del desorden, de la basura desbordada, de las bebidas alcohólicas en la vía pública, de los señalamientos de advertencia ignorados, de las reglas omitidas. Pero de poner orden, muy poco.
La ciudad puede seguir siendo un destino turístico agradable y atractivo para los visitantes aún con reglas, porque eso garantizaría que el bienestar y la diversión sean para todos.
La Secretaría de Turismo en Sinaloa ya sugiere que hay que hacer un ordenamiento de la actividad ante el crecimiento que se ha tenido y tanto autoridades como hoteleros y como prestadores de servicios turísticos, deberán tomar la palabra para dar los primeros pasos.
Desde luego que Mazatlán no perdería la esencia de lo que ofrece como destino, pero sí sentaría las bases para que los visitantes que llegan al puerto tengan garantizada una estancia segura.
Sí es posible que el orden y la diversión tengan cabida en un mismo lugar y Mazatlán lo tiene todo para poder dar ese paso. Basta que las voluntades coincidan y avancen.
Suscríbete y ayudanos a seguir
formando ciudadanos.
