Desde que se hizo normal la alternancia en las administraciones públicas, desde la misma Presidencia de la República, hasta la más modesta Alcaldía del País, las pasiones políticas y los arreglos entre grupos se han vuelto a veces ríspidos y decepcionantes.
Así sucede en Mazatlán, con historias de alcaldes desaforados, cambios escandalosos en el Gabinete municipal e incluso situaciones que invaden el espacio íntimo de los funcionarios,
El miércoles, José Carlos González Alarcón, ex director de Vivienda y Tenencia de la Tierra de Mazatlán, denunció que existe un cártel inmobiliario dentro de las filas del Ayuntamiento.
El ex funcionario acusa el exceso de permisos para torres y la obsolescencia de servicios públicos como agua potable y drenaje.
Independiente de si las acusaciones de González Alarcón sean fundadas o no, es pertinente hacer por lo menos un análisis acucioso sobre el desarrollo sustentable que la ciudad necesita.
Es sabido que con algunos gobiernos priistas y con los panistas después, líderes de colonos abonaban en votos con la promesa de terrenos que luego invadían y se adjudicaban por medio de argucias legaloides. Puede que la práctica aún suceda, no hay gobiernos inmaculados en ningún rincón de la Tierra.
El Alcalde Édgar González Zataráin se deslinda de esas acusaciones, afirma que su vida es clara y transparente, algo que nadie puede poner en duda, a menos que compruebe lo contrario.
Incluso niega que exista en la administración municipal un ente tal como un cártel inmobiliario.
Es claro que en una ciudad con el desarrollo que presenta Mazatlán, haya situaciones derivadas de la mala planeación o el crecimiento desordenado a través de los años, la antigüedad de la infraestructura urbana y los litigios por terrenos, que son usuales.
Puede que esta situación se deba a pasiones, resquemores que trae la alternancia política y los reacomodos en las administraciones públicas. Sin embargo, es pertinente poner sobre la mesa los intereses políticos y económicos que puedan beneficiar a unos cuantos y perjudicar a toda la ciudad.