Con los primeros registros de aspirantes a las alcaldías de Culiacán y Mazatlán por el Movimiento de Regeneración Nacional inicia la carrera electoral rumbo al proceso comicial del 2 de junio de 2024 a nivel nacional, donde se votará por Presidente de la República, gubernaturas en Ciudad de México, Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán, además de mandatarios municipales.
El lunes, María Teresa Guerra Ochoa, Secretaria de las Mujeres de Sinaloa, se inscribió en el proceso interno de Morena buscando la candidatura por la Presidencia Municipal de Culiacán.
En Mazatlán, el empresario del ramo inmobiliario, Carlos Escobar, confirmó que hizo su solicitud y ya cuenta con su acuse de recibo.
Más temprano del mismo día, en su conferencia de prensa La Semanera el Gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, adelantó que el Presidente Municipal de Culiacán Juan de Dios Gámez Mendívil, la Secretaria de las Mujeres en Sinaloa María Teresa Guerra Ochoa y la dirigente de Morena en el estado Merary Villegas Sánchez, participarán en la contienda por la candidatura a la Alcaldía de Culiacán por Morena.
“Se van a inscribir a regidurías, diputaciones locales a partir de hoy, mañana y pasado, son tres días”, dijo el Gobernador.
Eso es por el lado del partido en el poder, donde aún surgirán más pretensos a cargos de elección popular; falta conocer el proceso del frente opositor y quienes levantarán la mano para ocupar los puestos sometidos a votación.
Se puede decir que en la recta final de 2023 el proceso electoral arranca con estos registros y los que, en el caso de Morena en Sinaloa, tienen de plazo hasta el 6 de diciembre para solicitar su inscripción.
Un proceso que, dado el enfrentamiento entre distintos proyectos de nación, se mira interesante y digno de analizar los perfiles de los aspirantes de todos los colores.
Un proceso electoral no es una justa deportiva, donde está en juego un título o una copa y el perdedor se marcha a casa a esperar la próxima temporada.
En las elecciones se decide el rumbo que los ciudadanos quieren para la nación, el estado o los municipios, sin enfrentamientos estériles y sí con civilidad responsable.