Prevenir en serio

    Las consecuencias de cómo ha cambiado el clima a consecuencia de la actividad humana es preocupante, pero también preocupa que aún no alcance la magnitud de compresión de quienes toman decisiones si no para evitarlas, sí para atender las medidas preventivas.

    Se ha dicho una y otra vez y se han advertido sus consecuencias: el cambio climático es real y su impacto ya se está sufriendo alrededor del mundo. Pero no es necesario pretender a cualquier otra latitud para darse cuenta de ello. Sinaloa lo sufre.

    Basta ver, por ejemplo, cómo en este año las lluvias fueron escasas y eso tiene una repercusión en la calidad de vida de los sinaloenses en todos sus ámbitos, desde la disponibilidad del agua hasta la inseguridad por el aumento en el riesgo de incendios, desde la afectación en actividades como la agricultura hasta la disminución de fuentes de empleo.

    Y sí, las consecuencias de cómo ha cambiado el clima a consecuencia de la actividad humana es preocupante, pero también preocupa que aún no alcance la magnitud de compresión de quienes toman decisiones si no para evitarlas, sí para atender las medidas preventivas.

    Y ocurre en México y ocurre en diferentes partes del mundo. Los fenómenos meteorológicos, que se han acentuado y han sido de mayor impacto, se pretenden atender y prevenir como se hacía apenas hace unos años, cuando la realidad ya es otra.

    Porque ese ha sido el principal reproche donde se registran desastres naturales: por qué las autoridades aún no han sido capaces de advertir el impacto de uno de esos casos, las posibles consecuencias y las medidas para mitigarlo.

    Una de las razones, entre muchos factores, es la falta de voluntad para invertir en mayor conocimiento e infraestructura que permita atender las condiciones actuales del clima.

    Y sí, Sinaloa no está exento de que las afectaciones por el cambio climático se incrementen y se resentirán más si no se toma en serio lo que ocurre y no se hacen las adecuaciones que los tiempos actuales, de desastres naturales más desastrosos, lo están demandando.

    Organismos internacionales ya lo han advertido: urge que los gobiernos inviertan más en prevención ante estos fenómenos, antes de que los daños que producen sean inevitables y la población sufra las consecuencias.