Editorial
Sus problemas no son nuevos ni sus demandas son tan recientes. Han luchado por años para que el Gobierno federal les dé la importancia como un sector productivo que genera alimentos y que además, trae divisas al País.
Es la pesca en México la que hoy también pide atención al Gobierno, como semanas atrás lo hicieron los agricultores: piden que haya apoyos para que la actividad pesquera sea rentable, o al menos, no genere pérdidas.
Porque al menos en los últimos cuatro gobiernos, la pesca en el País ha tenido que salir a luchar por los apoyos en la producción y en la adquisición de insumos: reclaman el mismo trato que se le da a otras actividades primarias, que se queda en el olvido cuando cambia la administración.
La Presidencia de Andrés Manuel López Obrador ha insistido una y otra vez que la entrega de apoyos a los sectores productivos han cambiado y hoy se entregan directo a la gente.
Y puede que sea así, pero no lo es para todos. Por eso es que hay una parte que reclama atención, y reclama soluciones y reclama apoyos.
En Mazatlán, una parte de ellos se ha manifestado y bloqueado avenidas e instalaciones. Quieren que al menos mantengan el subsidio que se les daba en los precios del combustible, teniendo como referencia lo que ocurre en otros países.
Y aunque cada país tiene sus reglas y la forma en cómo se administra la pesca, en México eso no ha quedado claro y se ha ido modificando conforme cambia el Gobierno.
Y las peticiones que se han generado van desde que piden un precio fijo para el diesel y la gasolina marinos, hasta acceso a financiamientos con mecanismos preferentes e incluso, la conformación de una Secretaría de Pesca.
Independientemente de la salida que se le dé a las protestas, como ya se ha dicho en otras ocasiones, es necesario que se administre al sector pesquero y que las respuestas a las protestas no sean únicamente paliativos, porque de nuevo volverán a emerger los reclamos.
México necesita de la pesca y el sector pesquero, de quienes toman decisiones.