Han tenido que registrarse cuatro olas de contagios por Covid-19 para que el mundo más o menos pudiera encontrar su punto de equilibrio y empezar a dar sus primeros pasos hacia la “normalidad”.
La pandemia parece que ha empezado a ceder y tras las jornadas de vacunación que se ha implementado en muchos países del mundo, se ha logrado contener su nivel de letalidad y de hospitalización.
Y esa mejora se ha notado ya en algunos países, donde han comenzado a considerar como no obligatorio el uso de cubrebocas en espacios públicos y ha habido más permisividad en la organización de eventos masivos.
En México, en la última semana, la mayoría de los estados fueron colocados en verde en el semáforo epidemiológico, salvo Querétaro, que quedó en amarillo, lo que da cuenta de que las condiciones de la pandemia en el País han estado cambiando con un virus menos agresivo que en sus primeras olas.
Y bajo esas condiciones y dado que el nivel de contagio ha bajado y que la enfermedad se ha vuelto menos grave ante las vacunas, en Sinaloa el Gobernador del Estado Rubén Rocha Moya está pidiendo a la Federación que se empiece a considerar que en la entidad deje de ser obligatorio el uso de cubrebocas.
Y tal vez, como es la tendencia ante la evolución de la pandemia, esa medida deberá ser considerada para implementarse en México, pero llegado el momento, deberá hacerse con precauciones.
Debido a su alto nivel de propagación, el virus seguirá teniendo impacto en la sociedad y como ya lo han advertido organismos internacionales y nacionales, habrá que aprender a vivir con ellos.
Independientemente de las disposiciones de las autoridades y por la salud personal, las medidas de prevención deberán continuar si lo que se pretende es mantenerse sanos.
No importa que ya haya tres dosis de vacunas puestas. Lo que importa, es mantener la salud y en Sinaloa, todos deberían contribuir a ello, en la medida de lo posible. Que así sea.