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"Editorial"

"Militarización"

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09/01/2018

    Editorial

    La Ley de Seguridad Interior usa, entre otros argumentos, la necesidad de que el Ejército asuma tareas de las corporaciones policíacas locales cuando así sea necesario. Y hoy, se hace necesario, porque los gobiernos se han desentendido de las policías locales.

     

    El esfuerzo por constituir cuerpos policíacos eficientes, confiables y seguros es nulo, para dar paso a los militares en tareas de seguridad preventiva. Pasa en Sinaloa y pasa en otras partes del País.

     

    En el Estado, es cierto que las corporaciones, estatales o municipales, sufren por la falta de elementos aptos para incorporarse en las tareas de seguridad. El problema, es que muchos de los aspirantes no han podido aprobar el examen de control y confianza.

     

    Y mientras esto ocurre, las fuerzas policíacas siguen acumulando un déficit en sus filas, que se vuelve complicadas sus operaciones.

     

    Entonces, el Gobierno local decide invertir poco en ellas, apenas lo necesario para seguir operando, incluso, como ya ha pasado en Sinaloa, con limitaciones en las prestaciones económicas que han devenido en protestas de partes de los agentes policíacos.

     

    Ante la falta de los suficientes elementos para las tareas operativas, el Gobierno de Sinaloa ha recurrido al Ejército para establecer tareas preventivas en todos los municipios de la entidad.

     

    De hecho, es en las policías municipales donde los mandos han recaído en elementos con formación militar.

     

    Y sumado a ello, es el interés de parte del Gobierno de Sinaloa de invertir para que el Ejército Mexicano tenga en Culiacán una nueva base militar, que servirá de lugar de entrenamiento y alojamiento para los militares que prestan sus servicios de seguridad. La inversión, suma 700 millones que el Gobierno de Quirino ha estado dispuesto a invertir.

     

    Reforzar la seguridad, con la ayuda que la Secretaría de la Defensa Nacional otorga a través de convenios, que tiene un costo para las finanzas públicas locales no está de más.

     

    Sin embargo, es necesario que las autoridades locales hagan un alto y definan cuál es el futuro que quieren para sus policías locales, porque hasta ahora, el mensaje que envían parecería que terminen por agotarse por sí solas. Y eso, al final de cuentas, no es lo que conviene para la seguridad pública de Sinaloa.