En aras de una especie de reivindicación no puede dejarse pasar el informe recién emitido del Comité de Protección de Periodistas (CPJ) en cuanto a cifras de 2024 sobre ataques al periodismo.
La conclusión es lapidaria: En 2024, al menos 124 periodistas fueron asesinados en el mundo; México, el más letal de Latinoamérica, con 5 homicidios.
Y peor aún, el informe destaca que, en promedio, el 80 por ciento de los crímenes contra comunicadores quedan impunes, lo que perpetúa un ciclo de violencia y temor en el gremio.
No podemos olvidar que en el sexenio pasado, bajo la Presidencia de Andrés Manuel López Obrador, asesinaron en México a 46 periodistas.
En lo que va de la administración de la Presidenta Claudia Sheinbaum ya suman cuatro periodistas asesinados.
Y en 2024 hubo tres casos más que en 2023.
El CPJ señala lo que ya otros índices han mencionado: México se ubica dentro de los 10 países más letales para ejercer el periodismo junto con Sudán, Pakistán, Siria e Irak.
Y no sólo eso, sino que también está entre los 10 países del mundo con peor historial de impunidad.
Lo más preocupante es que el organismo internacional señala que el nivel de impunidad refleja que el sistema de justicia de México y sus deficiencias son porque muchos casos ni siquiera son investigados por las autoridades, es decir, no investigan a los sospechosos, ni los motivos de los asesinatos.
Así, los responsables siguen libres, sin ser identificados y sin rendir cuentas.
El portal Animal Político señala que el año pasado, el CPJ y Amnistía Internacional pidieron a México fortalecer sus programas de protección a periodistas ante los fallos persistentes en sus mecanismos; sin embargo, la Dirección General de Protección a Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas tuvo menos presupuesto para este año.
Preocupante, indignante y poco alentador, así el panorama para los medios en cuanto a seguridad.