La crisis de inseguridad en la que ha estado sumida Sinaloa ha generado el temor entre quienes se encuentran fuera, en volver a su tierra, sobre todo por lo que escuchan en las versiones que llegan al exterior.
Es verdad, Sinaloa ha vivido momentos de crisis por los enfrentamientos entre grupos de la delincuencia organizada y se tiene que hablar de ello, porque sólo así se puede encontrar una salida a esta situación compleja.
Y lo ocurrido en la entidad se ha convertido en una caja de resonancia cuyos ecos se magnifican y si bien algunas partes de Sinaloa, sobre todo en la zona central, no han estado en condiciones de seguridad para quienes lo habitan, tampoco se ha convertido en un estado permanente.
Con las experiencias de los llamados “Jueves Negros” de años anteriores, el pánico se ha asentado en la reacción de quienes habitan Culiacán y tras la crisis de violencia generada a partir del 9 de septiembre, se ha optado por mantenerse lo menos posible en los espacios públicos.
Aunque también hay que decirlo, la ciudad ha ido retomando de a poco su normalidad y ahora corresponde a las autoridades asegurar que su estancia en los lugares públicos sea segura.
Asegurar cuándo va a terminar este conflicto que ha dejado cientos de muertos y de desaparecidos podría ser algo aventurado, pero sí, las autoridades donde deben ser contundentes es en el compromiso de trabajar para que menos hechos violentos afecten a las comunidades.
Los sinaloenses que viven fuera de la entidad tienen el derecho de regresar a su tierra en fechas significativas como llegan a ser Navidad y Año Nuevo, pero esta temporada de violencia les ha hecho dudar si regresar es una buena idea.
Por eso ahora, las autoridades, deben estar más comprometidas a que las acciones de seguridad sean más efectivas y los hechos de violencia sean minimizados para que las familias sinaloenses, las que viven en el Estado y las que desean volver, puedan convivir en paz.
