¿A qué vino el Presidente Andrés Manuel López Obrador? Las visitas del Mandatario siempre generan una gran expectativa, quisiéramos presenciar el gran anuncio, la gran promesa, pero esta vez, al igual que otras, nos quedamos con solo verlo pasar.
En Culiacán en su conferencia mañanera habló que en situaciones de violencia, Sinaloa ya no estaba en el “top ten”, o sea el estado ocupa el número 11.
Andrés Manuel López Obrador y el Gobernador Rubén Rocha Moya pintaron un estado de justicia, de combate al crimen a pesar de los recientes ataques a elementos de la Guardia Nacional y de los grupos de civiles armados.
A pesar de las balaceras, poner en su justa dimensión a Sinaloa, pidió el Presidente, mientras que Rocha presume de que van en este año 61 homicidios dolosos menos al mismo periodo del año pasado y con siete feminicidios que van en el año son cinco menos que en 2021.
Un dato anecdótico, en Chihuahua aparte de atestiguar cómo van obras carreteras que conectan con el Estado, se aventó el desagrado que siente por el sobrenombre “Triángulo Dorado” que le han dado a la zona serrana colindante de Sinaloa, Durango y Chihuahua, ahora quiere que todos le digamos, el triángulo de la gente buena, de la gente trabajadora, la región de la buena vecindad, etcétera.
En Mazatlán, al parecer la gira presidencial fue por los aires; llegó en un helicóptero a supervisar las obras de la Presa Santa María, la visita fue blindada e informada como privada y realizó un sobrevuelo sobre CIP Playa Espíritu.
Antes, AMLO ya había visitado la Presa Picachos e informó que a inicios del próximo mes estaría el fallo sobre la licitación para la construcción del puente El Quelite.
El Presidente dijo irse de Sinaloa con un buen sabor de boca y se sintió seguro en el estado.
