La vida en
un estallido

    El tronar un cohete puede dar la sensación de poderío y valentía, sin embargo, hay que pensar en la propia seguridad y la de otros. Poner en riesgo la propia vida y de paso afectar a otros seres indefensos por un efímero estallido de luz y sonido ya no es tan placentero.

    Elemento infaltable en toda fiesta masiva en México, la pirotecnia ha sido espectáculo y fiesta en sí misma; celebraciones patrias, fiestas patronales, carnavales, festivales, celebraciones variadas hacen uso de la pirotecnia como atractivo para locales y visitantes.

    Sin embargo, cada vez se hace más frecuente contratar personas expertas en el manejo de estos materiales explosivos, ¿por qué?

    En fiestas tradicionales como las decembrinas, es común que se escuche el estallido de cohetes manipulados por personas que experimentan gusto por estos artilugios. Sin embargo, no es raro que un descuido o un mal manejo del explosivo, aparentemente inofensivo, provoque lesiones e incluso la muerte de personas.

    En estas fiestas decembrinas se han registrado al menos siete accidentes en los que personas resultaron heridas mientras manipulaban pirotecnia, de acuerdo con datos de Protección Civil Sinaloa.

    De estas siete personas, tres son menores de edad, detalló Roy Cervantes Cuevas, titular de Protección Civil Sinaloa.

    Y no solo los humanos corren riesgo con el uso de la pirotecnia, es público el miedo que estos estallidos provocan en los animales domésticos, perros y gatos principalmente.

    Estas situaciones de estrés podrían provocar un paro cardiaco en los perros y gatos, y se ha comprobado que ha habido ocasiones en que los perros pierden la audición al estar sometidos de manera constante a esos ruidos fuertes, detalló la doctora Yesenia Osuna Ramos, responsable de Medicina Interna de la Clínica de Pequeñas Especies de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

    Incluso la población de aves que pernocta en la copa de los árboles es asustada por esas explosiones, provocando incluso la muerte de varios especímenes.

    El tronar un cohete puede dar la sensación de poderío y valentía, sin embargo, hay que pensar en la propia seguridad y la de otros.

    Poner en riesgo la propia vida y de paso afectar a otros seres indefensos por un efímero estallido de luz y sonido ya no es tan placentero.