Hace unas semanas, en pleno pico de la crisis de inseguridad en Sinaloa, un pequeño grupo de vecinos de la comunidad de San Pedro, en el municipio de Navolato, presentó en sus redes sociales un evento inédito: el Hipódromo de San Pedro.
Y pese a que su tradición, ubicación, naturaleza y hasta la etimología harían pensar que habría caballos involucrados, era sólo el nombre para representar actividades.
El grupo organizó una serie de carreras entre los vecinos en las que lo atlético era lo de menos, pues el lugar se llenó todas las veces que se convocó con puestos de quienes venden alimentos en el pueblo, postres y bebidas.
El ejercicio provocó que se generara un movimiento económico importante, que los vecinos se divirtieran en un lugar en común y seguro, y hacer olvidar por momentos de ese amargo momento que pasamos.
La idea no fue del todo original, sino más bien una respuesta creativa a la desesperación por no tener clientes en las calles a quién vender.
Este fin de semana en Culiacán hemos visto actividades como Culichilandia, en el Paseo del Ángel; o la Convención de Coleccionistas de Hot Wheels Culiacán 2024, en el Tec de Culiacán, ambos con una gran concurrencia.
La semana pasada tuvimos en la misma zona del centro el bazar del café Yameto, y en otras zonas de la ciudad la idea se replica.
No hay duda de que quizá esta será la nueva forma en que hagamos comercio, mientras los que tengan que arreglar la inseguridad hallan qué hacer.