La guerra que no vemos

    Esta, la de los desaparecidos, es la guerra que no vemos, porque no todos los que se llevan, aparecen, ni siquiera asesinados o en los peores casos con huellas de violencia.

    La semana pasada, el colectivo Sabuesos Guerreras ya sumaba más de 80 fichas de personas desaparecidas desde el pasado 27 de agosto hasta el 17 de septiembre. Sin duda que a estas alturas, por los reportes que no siempre llegan a una denuncia formal en la Fiscalía General del Estado, ya deben llegar al centenar.

    Esta, la de los desaparecidos, es la guerra que no vemos, porque no todos los que se llevan, aparecen, ni siquiera asesinados o en los peores casos con huellas de violencia.

    Lo de silencioso es porque cada que operan los grupos de civiles armados, la mayoría no se alertan a los números de emergencias o no se hace una denuncia ante el Ministerio Público. A diferencia de las fichas de búsqueda que también publica la Comisión Estatal de Búsqueda, Sabuesos Guerreras puede hacer más rápido, porque no involucra a otros organismos ni espera denuncias formales, pero sí tiene contacto directo con los familiares.

    La guerra de esta forma se pierde por cualquier lado, pues resulta muy poco probable que quien es privado de la libertad sea dejado en libertad, y en otra posibilidad reaparece asesinado y en el peor de los casos, no aparecen. En 20 días, los reportes subieron más de lo habitual por la guerra intestina, y esta crisis se acrecenta por la nula capacidad para evitarlo y la inexistencia de protocolos integrales que ayuden a la localización de las víctimas.

    Estamos, entonces, a merced de algo que nuestras autoridades no pueden prevenir ni tampoco atender.