En el sistema educativo es bien sabido que las plazas de maestro son manjar codiciado de miles de jóvenes que visualizan un rápido ascenso a nivel económico y, por ende, social.
En México la venta de plazas en el magisterio ha sido una costumbre añeja muy difícil de erradicar por la maraña de intereses que se entreteje en torno a ese cúmulo de corruptelas.
La Universidad Autónoma de Sinaloa ha sido desde su creación un botín ansiado por grupo políticos y por la gran cantidad de recursos monetarios que maneja la institución,
El manoteo del dinero asignado a la máxima casa de estudios del estado ha sido descomunal; directores que de la noche a la mañana cambian su casa en una colonia para irse a un coto privado o incluso un apartamento de lujo, directores que elogian en público la excelencia de la educación que se imparte en la UAS, mientras envían a sus hijos a estudiar a costosas instituciones privadas.
La Universidad Autónoma de Sinaloa ha sido presa de grupos políticos, de organizaciones ligadas a las guerrillas, de partidos políticos y de las familias.
La casa rosalina es un importante ente en la educación de Sinaloa, miles de egresados cada año dan cuenta de ello; sin la UAS, miles de jóvenes y adultos no tendrían una oportunidad de superación académica.
Pero dentro de esa institución existe un entramado de familias que por décadas detentan cargos y plazas que van rolando y alternando al paso de los años; sin contar los llamados “aviadores” que se cree ya fueron desterrados de la Universidad.
No es solo los hijos de rectores, como lo evidenció Noroeste en una búsqueda en la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT) para observar de qué y en dónde han trabajado los hijos de quienes dirigen la universidad y cuánto ganan.
En la lista aparecen los hijos de los ex rectores Víctor Antonio Corrales Burgueño, Víctor Antonio y Fausto Ernesto; y Juan Eulogio Guerra Liera, Juan Eulogio Guerra Corrales; y también del actual Rector Jesús Madueña Molina, Luis Alberto y Jesús Alejandro. Además, por supuesto, de los de Héctor Melesio Cuén Ojeda, Héctor Melesio, Monica María y Angélica María.
Sin embargo, los cotos de poder existen en cada preparatoria, en cada escuela o facultad, hay familias y allegados que viven enquistados en la UAS.