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"Editorial"

"Imprudencias que matan"

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28/06/2016 23:56

    Editorial

     

    En la mayoría de los casos, los accidentes viales tienen su origen en alguna imprudencia. Desde las señales de tránsito que apenas son visibles, cuando se tienen, o que son inexistentes, hasta de los conductores o peatones que, acostumbrados, no respetan las indicaciones que ahí se marcan.

    Este martes, en Mazatlán y en Guasave se presentaron dos accidentes donde se vieron involucrados conductores de autos y el tren. El primero, solo quedó en el susto para el conductor. En el segundo, las consecuencias fueron fatales, donde dos niños perdieron la vida y su padre, el conductor del auto, está con heridas graves.

    En ambos casos, calificados por usuarios de redes sociales como una imprudencia, falló la pericia de los conductores, que no hicieron lo suficiente para hacer el alto total ante la proximidad del paso del tren y decidieron arriesgarse en una carrera en la que salieron perdiendo.

    Algo ha estado fallando en la educación vial, y sobre todo, en la formación de ciudadanos responsables, que estén dispuestos a aceptar y acatar las reglas y a fomentarlas entre los demás.

    Pero la responsabilidad no recae únicamente en el ciudadano, sino también en las autoridades, que poco han estado haciendo por dejar claros los señalamientos viales.

    Desde accidentes menores que ocurren por la confusión de los altos obligatorios hasta los de consecuencias fatales, cuando no existen las medidas de contención de los conductores en zonas de peligro, como ocurre con los cruces ferroviarios.

    En cada accidente de tren, que parece que se hacen cada vez más frecuentes, se pone de manifiesto no solo la probable responsabilidad del conductor del vehículo involucrado, sino también de la ausencia de medidas y señales preventivas para evitar que estos sigan presentándose.

    Y aunque en cada hecho surgen las promesas de que habrán de tomarse las medidas para evitar que más hechos trágicos sigan ocurriendo, aún se siguen esperando, mientras el recuento de hechos lamentables sigue acumulándose. Hasta que vuelve a quedar en el olvido.