Frente a la realidad

    Tanto en el registro como en el discurso, parece haber una tendencia a negar una realidad que ha afectado a miles de mexicanos, el de la inseguridad, la violencia y las desapariciones.

    Si hay algo que al Presidente de México no le gusta, entre otras cosas, es el tema de la inseguridad y la violencia que se presenta en el País. Desde su óptica, las cosas han mejorado y trabajan para que sigan avanzando esas mejoras.

    Pero la realidad que viven muchos mexicanos es diferente y eso debería entenderlo y atenderlo, en lugar de intentar girar la conversación hacia otros temas, que son los que lo hacen sentir cómodo.

    En la conferencia matutina de este miércoles, una periodista le expuso precisamente el tema de la inseguridad y la violencia que se vive no solo en Texcaltitlán, Estado de México, que es el foco de atención del Gobierno federal en estos momentos, sino también en Sonora, en Guerrero, en Michoacán.

    Y la respuesta del Presidente no fue para atender los señalamientos, sino para exponer un reportaje sobre supuesta corrupción en el INAI.

    Y mientras el Gobierno de López Obrador no quiera entender la crisis de seguridad que no se ha ido del País al menos en los últimos tres sexenios, difícilmente se podrán encontrar soluciones sólidas a este problema.

    Por ejemplo, el tema de las personas desaparecidas ha sido un asunto que no ha querido aceptar y lejos de reconocerlo y dimensionarlo, los datos oficiales del Registro Nacional de Personas Desaparecidas, No localizadas y Localizadas, registra menos denuncias de las desapariciones que se presentan en los estados.

    Y ocurre en Sinaloa, donde según los datos de la Fiscalía General del Estado, de enero de 2022 a octubre de 2023, se habían acumulado mil 203 denuncias sobre personas desaparecidas y no localizadas. En el Registro Nacional, la cifra para el mismo período suma 612 denuncias.

    Tanto en el registro como en el discurso, parece haber una tendencia a negar una realidad que ha afectado a miles de mexicanos, el de la inseguridad, la violencia y las desapariciones.

    Mientras se mantenga de esa manera, difícilmente habrá condiciones para que una pacificación en el País se alcance. México no podrá combatir la violencia, la inseguridad y las desapariciones, si no está en condiciones de aceptar la realidad.

    Y el problema, para todos, es que esa realidad, avanza y se expande.

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