En Sinaloa se ha señalado una y otra vez la urgencia que se tiene de contar con agentes preventivos para poder garantizar a la sociedad condiciones de seguridad.
No lo ha logrado y las corporaciones de la Policía Municipal siguen operando con déficit, a pesar de que hay municipios que tienen corporaciones robustas.
En Sinaloa se cuenta con una Universidad del Policía que se ha encargado de preparar a los próximos agentes preventivos que se distribuyen tanto a las corporaciones municipales como las estatales.
Sin embargo, la manera en que se están formando los nuevos policías debería someterse a revisión, porque en las corporaciones, a pesar de cursos y capacitaciones, sigue prevaleciendo el abuso.
Los informes de Derechos Humanos señalan a las corporaciones policiales como una de las principales abusadoras de los derechos de las personas y las denuncias públicas contra los agentes preventivos se difunden más.
Sí, es verdad, no todos los agentes policíacos son iguales ni actúan de la misma manera, pero sí es evidente que hay vicios que no han podido erradicarse a pesar de los logros alcanzados, por ejemplo, en materia de derechos humanos.
Y eso ha logrado que las corporaciones locales, las que están cercanas a los ciudadanos, sean vistas con desconfianza, cuando lo que requiere, para que sea exitosa en las tareas del combate a la inseguridad y los delitos, es la confianza ciudadana.
Es positivo que los nuevos agentes policiacos de Sinaloa estén formándose en un espacio más profesional y con filtros que permitan que sean más eficientes y útiles para la sociedad.
Pero sí hay que advertir que hace falta que todas esas herramientas también pasen con los agentes que se formaron de otras maneras y algunos de los cuales han hecho suyas prácticas ilegales y abusivas.
Las policías locales están integradas por elementos que también son parte de la comunidad local y deben empezar a trabajar y dar resultados para que la población, esa que en ocasiones ha sido vejada, pueda confiar de nuevo en ellos.
