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"EDITORIAL"

"El semáforo naranja"

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05/08/2020 07:26

    Editorial

    La epidemia no cede. El Covid-19 sigue avanzando, aunque los reportes señalen en algunos días menos casos de los que han sido costumbres o que en otros, haya menos cantidad de personas contagiadas.

    Para saber la situación del País, se estableció el semáforo epidemiológico, que determina las actividades que están permitidas en la nueva normalidad y bajo qué condiciones.

    Sinaloa está en semáforo naranja, apenas un poco menos que rojo, y en los lineamientos sobre esta señalización de la pandemia, sus actividades deberían estar limitadas y solo estarían autorizadas actividades económicas consideradas esenciales.

    Pero la situación económica del País y de la entidad ha apurado a la reapertura de todos los sectores, con los riesgos que eso implica. Las empresas no pueden más estar paradas y necesitan retomar sus actividades.

    Ha pasado con algunos negocios considerados no esenciales pero que por la demanda, se les ha autorizado abrir, con la condición de seguir protocolos sanitarios para evitar contagios. Entre ellos, los bares en Mazatlán.

    La disyuntiva se ha abierto entre lo urgente que significa tomar medidas para que los contagios estén bajo control y la urgencia que representa la reapertura de las actividades económicas.

    Y el semáforo epidemiológico ha quedado de lado. Las advertencias del semáforo naranja en Sinaloa apenas se toman en cuenta y la entidad se arriesga a entrar en una situación en que los contagios podrían dispararse.

    Porque sí, negocios como bares y centros nocturnos, así como otros giros, necesitan retomar sus actividades, pero también, en estos momentos, es urgente tener conciencia de que el riesgo de que se propague el Covid-19 es muy alto.

    Es momento de equilibrar las decisiones: si hay autorización para que esos negocios inicien operaciones, es importante que haya la supervisión adecuada y no las simulaciones que han sido la marca del pasado, porque en esto de los contagios, además de la población, la responsabilidad de evitarlos recae en el Estado, con sus restricciones. Hay que ser responsables.