Con la bandera del nacionalismo extremo, Donald Trump venció a su contrincante Kamala Harris en la lucha por la Presidencia de Estados Unidos.
A la demócrata no le alcanzó ni con el apoyo de grandes personalidades de la política, del espectáculo y del deporte.
Finalmente los estadounidenses votaron más por el ex Presidente, pese a la imagen de autoritarismo y polémica que lo ha caracterizado siempre y que en su anterior administración le impidió quedarse otros cuatro años.
Sin embargo, viene por su cuatro años que se le quedaron a deber y a partir del 20 de enero será incluso un Presidente más poderoso, pues su partido, el Republicano, se llevó la mayoría en el Senado y muy posiblemente en la Cámara de Representantes, lo cual no era así en la anterior administración de Trump, cuando los demócratas tenían el control legislativo.
Para muchos expertos, el triunfo de Trump es el triunfo del populismo autoritario y opinan que muchas libertades se verán afectadas, para otros, el voto para el republicano muestra la urgencia de los estadounidenses por que les corrijan la economía, la cual están padeciendo en esta administración demócrata, además de que ven en Trump como un defensor de la dignidad, la seguridad y los valores estadounidenses.
Por lo pronto, el hecho de que Trump aventajara en los resultados puso nerviosos a los mercados, y tuvo un impacto sobre la depreciación del peso mexicano, el cual aparentemente fue momentáneo y logró estabilizarse.
Sin embargo, nuestro País enfrentará retos fuertes con Estados Unidos, por la personalidad de Trump que lanza amenazas y advertencias desde ya hacia México.
Se prevé una relación volátil y complicada, aunque la Presidenta Sheinbaum intenta tranquilizar diciendo que habrá buenas relaciones entre ambos países.
Lo cierto es que México deberá hacer uso de toda su diplomacia para enfrentar el reto que tiene enfrente.
