El primer eslabón

Ninguna estrategia de seguridad será suficiente para restablecer la paz en localidades como las que tiene Sinaloa si no se cuenta con cuerpos de seguridad de primer contacto como las municipales con el equipo suficiente y los salarios adecuados.

Cuando se trata de reforzar las estrategias de seguridad, con mejores corporaciones, las unidades que menos atención reciben son las policías municipales.

Y se habla de atención en cuanto a recursos y equipamientos, porque generalmente, esos fondos se destinan en su mayoría a las corporaciones estatales y federales.

Sin embargo, el primer eslabón en la atención de los problemas de seguridad son las policías municipales, las que atienden a sus comunidades y las que más problemas tienen para realizar su trabajo.

En el caso de Sinaloa, hay localidades donde el número de patrullas, por ejemplo, están limitadas, pues de las que se tienen, algunas están descompuestas.

Y ni qué decir de sus equipamientos, con uniformes en algunas ocasiones desgastados, armas y municiones insuficientes e implementos de protección ausentes.

Y ninguna estrategia de seguridad será suficiente para restablecer la paz en localidades como las que tiene Sinaloa si no se cuenta con cuerpos de seguridad de primer contacto como las municipales con el equipo suficiente y los salarios adecuados.

Pero si se sigue dejando a los municipios la responsabilidad de atender, con sus recursos limitados, la operación y equipamiento de las corporaciones, nunca se tendrán los resultados que la sociedad espera.

Las autoridades deberían tener claro ese diagnóstico y a partir de ahí definir mejores presupuestos que apuesten por una seguridad más efectiva, con corporaciones comprometidas con sus tareas y no con cómo sobrevivir una semana con una patrulla en servicio.

Si la política de seguridad, tanto del Gobierno federal como estatal, sigue dejando de lado a los municipios, ninguna estrategia cumplirá con su propósito de garantizar la paz a sus ciudadanos.

Porque son las policías municipales las primeras que dan respuesta a los temas de seguridad, pero son las que están al último de la fila cuando de repartición de dinero se trata.