Editorial
Durante 2020, la atención en la vigilancia epidemiológica ha estado centrada en la evolución de la pandemia del Covid-19. Y no es para menos. Es el problema que requiere de una mayor atención.
Pero en la urgencia de atender un problema que pone en riesgo la salud de la población, poco se ha atendido otras problemáticas, como lo que está ocurriendo con el dengue.
En Sinaloa, sobre todo en el sur, es donde los reportes de la Secretaría de Salud han advertido sobre una situación crítica.
En Escuinapa y en Rosario es donde se concentran la mayoría de los casos que este año se están registrando y es donde también se presentan los casos más graves.
Y se trata de dos enfermedades que tiene que ver con una propagación rápida si no hay las intervenciones adecuadas: en el caso del Covid-19, la higiene personal y el distanciamiento social, son la clave para reducirlo; en el caso del dengue, la higiene colectiva y la intervención de la autoridad, son importante para su propagación.
Para vencer a estas enfermedades requiere de la conciencia de la población y de la intervención de las autoridades y de una reacción rápida para contener su propagación.
El foco se ha centrado este año en el nuevo coronavirus y con los indicadores que se difunden a diario la gente se puede dar cuenta qué tan efectivas son las medidas implementadas.
Pero en el caso del dengue, lo que está ocurriendo con él tiene poca difusión y poco se conoce dónde se concentra la propagación.
Es momento de que las autoridades responsables tomen cartas en el asunto y reduzcan los riesgos de propagación del mosco transmisor de esta enfermedad.
Y también es momento de que la población tome conciencia y que los espacios que habita se encuentren con la mayor limpieza posible, para no dar cabida a la reproducción del mosco responsable.
Hoy más que nunca, con las enfermedades al acecho, será necesario que en Sinaloa todos estén alerta, sobre todo, para dar las respuestas que se necesitan. Reducir los contagios es posible, si cada quien pone su parte.