El agua,
las alertas

    Mucho se habla de una futura guerra muy sui géneris en la historia humana.

    Sabiendo que las guerras son provocadas por la ambición del hombre en su afán de poseer territorios, recursos y poder, ahora se habla de la posibilidad de una confrontación por un elemento muy abundante pero poco aprovechable, el agua.

    Dejando de lado escenarios hipotéticos, la guerra del agua no debe ser obligadamente una lucha armada y tampoco en un futuro aún lejano, las batallas del agua ya están entre nosotros entre hombres contra la naturaleza que el mismo hombre se está encargando de modificar.

    Es sabido que la orografía de México dota al país de zonas extremadamente áridas y zonas de alta captación hídrica, Sinaloa está en medio de esas situaciones debido a su ubicación entre la costa y la montaña, sin embargo, la realidad presente levanta alertas sobre el acceso al agua que pueda tener el estado.

    Esto se refleja más en la zona sur, donde, de acuerdo con el último reporte del Monitor de Sequía de la Comisión Nacional del Agua, del 31 de enero de 2024, los municipios del sur de Sinaloa arrojan problemas de sequía extrema a excepcional.

    Este reporte presenta un problema grave de sequía en la entidad ya que siete municipios registran sequía severa; cinco, sequía extrema; cinco, sequía excepcional, y uno con sequía moderada.

    Y aunque, de acuerdo con la Secretaría de Bienestar y Desarrollo Sustentable, Sinaloa tiene agua suficiente para consumo humano, tenemos que aprender a cuidarla, pues el líquido no se encuentra precisamente donde se necesita, por lo que es necesario trasladarla hacia los centros de consumo humano.

    Otra alerta la emitió la directora ejecutiva de Conselva, Costas y Comunidades A.C, Sandra Guido, quien advirtió que en Sinaloa se está usando lo último que queda del agua debido al problema de la sequía al sumarse diversos fenómenos entre los que destacó el “año niña”, que no traerá lluvias abundantes.

    La guerra del agua debe ganarse con políticas encaminadas a dotar de manera sustentable el abasto del líquido y con plena conciencia de los consumidores sobre los esfuerzos que se hacen para dotarles hasta sus hogares y empresas de este elemento tan preciado.

    Dejando de lado escenarios hipotéticos, la guerra del agua no debe ser obligadamente una lucha armada y tampoco en un futuro aún lejano, las batallas del agua ya están entre nosotros entre hombres contra la naturaleza que el mismo hombre se está encargando de modificar