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"EDITORIAL"

"El agro en riesgo"

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21/02/2020

    Editorial

    La llegada de la llamada 4T cambió, quizá para siempre, algunas formas de administrar el País, aunque en esencia todo siga igual, o por lo menos lo parezca hasta la actualidad.

    Sin embargo, uno de los sectores que sufrió el impacto de la llegada del Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador fue el sector de la Agricultura y la Ganadería.

    Tratando de cumplir con sus promesas, o de dar coherencia a su discurso de “primero los pobres”, en la política del Presidente no caben los grandes y medianos productores, los que inmediatamente fueron encasillados dentro del grupo de los fifís.

    Esto que parece un mal chiste se materializó en el presupuesto federal de egresos del 2020, donde desaparecieron los apoyos que tradicionalmente existían para este tipo de productores.

    Sinaloa es un estado donde la agricultura se ha desarrollado de tal manera, que algunos de los productores más importantes del País se encuentran aquí, así como cientos de agricultores que podríamos calificar como medianos.

    En la lógica de apoyar a los más pequeños, los apoyos apuntaron hacia el sur del País, donde se encuentra una agricultura de supervivencia o la menos desarrollada.

    Si la agricultura se ciñera a los discursos, entonces esta política acercaría a los pequeños con los medianos y se cerraría la brecha entre los que menos tienen y los desarrollados, pero la realidad funciona de otra manera.

    Los agricultores mexicanos grandes y medianos enfrentan enormes desafíos como un cambio climático que hace cualquier producción incierta o la competencia de los productores estadounidenses, siempre listos para inundar nuestro pequeño mercado con sus excedentes.

    La política de abandonar a unos por apoyar a otros implica un enorme riesgo: que los que ya producen se queden sin producir, mientras nada nos asegura que los pequeños consigan salir adelante.