Los datos de la Secretaría de Salud en Sinaloa revelan que desde el año pasado, cuando los riesgos de la pandemia del Covid-19 comenzaron a disminuir, se tuvo en la entidad un incremento en las enfermedades de transmisión sexual.
Tras el encierro que obligaba al distanciamiento social para evitar contagios por el coronavirus, vino una época de una actitud más relajada, incluida la protección en encuentros sexuales y eso ha tenido sus consecuencias.
Y si bien el año pasado reportó aumentos en casos de contagios, como el de la sífilis y el VIH, lo que está pasando este año en la entidad debería preocupar no solo a las autoridades sanitarias, sino también a las familias.
Hoy, a poco más de medio año, los casos presentados muestran una tendencia mayor a la que se tuvo durante 2023 y eso demuestra que algo no se está haciendo bien.
Lo primero tiene que ver con la educación, principalmente en las generaciones jóvenes: no se les está informando de qué manera se puede evitar contraer enfermedades de transmisión sexual que pueden llegar a poner en riesgo sus vidas.
Lo segundo tiene que ver con la difusión de parte de las autoridades de salud relacionados con la difusión, la prevención y la atención de estos casos, pues aunque pareciera entenderse que hoy hay más acceso a información, los resultados es que no se está haciendo uso de ella.
Y lo tercero tiene que ver con una desinformación de estos contagios, pues ha habido un relajamiento hacia los métodos preventivos porque hoy existen medicamentos que ayudan a proteger a los enfermos, pero no se ha entendido que eso no minimiza riesgos, sobre todo cuando se está en una condición de inmunodeprimido, es decir, con menos defensas de las que el cuerpo necesita.
Siempre estar informados y tomar las medidas preventivas adecuadas será mejor que tener que afrontar un padecimiento que en un momento dado, mal atendido o desatendido, puede quitar la vida. Hay que informarse, hay que orientar y hay que prevenir enfermedades que con responsabilidad pueden evitarse.