Desarrollo ordenado

    No tener una planeación clara para una ciudad tiene consecuencias: el desarrollo se vuelve ingobernable y prácticas irregulares se convierten en norma, perjudicando a todos.

    En Sinaloa, se ha planteado la revisión de los reglamentos de construcción para poner orden al crecimiento que se tienen en las ciudades, como ocurre con Mazatlán.

    Edificios se construyeron en diversos puntos de la ciudad y algunos de ellos se levantaron aún superando lo que la norma marcaba.

    Sí, las inversiones económicas, como es el caso de la construcción, son importantes para el desarrollo de una zona urbana. Mazatlán y Culiacán, por ejemplo, son una muestra de lo que significa la derrama que el sector genera.

    Y aunque hay empresas que cumplen con lo establecido, principalmente para satisfacer las expectativas de sus clientes, terminan también dejando un beneficio en el desarrollo urbano de la ciudad.

    Pero hay quienes han encontrado resquicios legales y omisiones para brincarse las reglas e imponer el interés particular por encima de los intereses colectivos.

    Por eso resulta tan común que se pongan en marcha proyectos aún sin contar con las autorizaciones en orden, que luego se clausuran y sin alguna explicación de por medio, reinician su construcción.

    La iniciativa que impulsa el Gobierno de Sinaloa si bien es cierto que busca atender la demanda de construcción de edificios verticales, donde no haya limitaciones en cuanto a la altura, debería ir más allá.

    Deberán quedar claros, por ejemplo, los pasos para iniciar una construcción, con los permisos de por medio, las zonas donde pueden desarrollarse sin afectar el uso de suelo y las sanciones para quienes no cumplan con los procedimientos, independientemente de las multas económicas.

    El Gobierno, local o estatal, debe apostar por el ordenamiento y por el respeto a las reglas, pero también, deberá contar con instrumentos para vigilar que todos cumplan con las normativas. Porque si no lo hace, no bastarán los miles de miles de inversiones para reparar lo que el desorden en el desarrollo urbano genera.

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