Desaparecidos, no invisibles

    Los desaparecidos no son ni deben ser invisibles, pero también es prioritario luchar contra los contextos que permiten que se sigan dando las desapariciones. Luchar contra la impunidad de los culpables de ellas, y acompañar a aquellos que continúan de pie, día a día, por sus desaparecidos.

    Mientras en el malecón de Mazatlán se reúnen sendos grupos para clamar por sus desaparecidos, en San Pedro, Navolato, se emite la Alerta Ámber por la desaparición de una menor de 14 años.

    Y eso tan solo ayer.

    Las desapariciones, plagios o privación ilegal de la libertad, como se les denomine según el contexto, son el flagelo actual para México, y por supuesto para Sinaloa.

    Ya prácticamente no hay día que no se reporte una en la entidad, y casi ya semana tras semana se da alguna protesta para pedir apoyo en la búsqueda de alguna persona, casi siempre joven, que es donde radica una gran parte de los desaparecidos.

    La grave situación obligó a que en 2017 se creara la Comisión Nacional de Búsqueda, que precisamente en una de sus campañas señala cada pesquisa de búsqueda con la leyenda “Desaparecido, no invisible”.

    Ojalá, ojalá no fuera solo una campaña y que los esfuerzos de búsqueda realmente se concretaran.

    Y no decimos que no funcionan o que no se ha hecho nada. No, al contrario, el problema es tan fuerte que sí se han hecho esfuerzos institucionales, protocolos de búsqueda, líneas de ayuda, programas de apoyo, acciones de búsqueda, incluso coordinación con colectivos de personas que buscan a sus familiares desaparecidos.

    Esos colectivos que buscan entre vivos, acudiendo a cárceles, a centros de detención o hasta centros de rehabilitación, pero también buscan entre muertos, en fosas clandestinas, y recorren kilómetros removiendo la tierra en busca de sus familiares.

    Sí, hemos ido avanzando en esta lucha, hay acciones y esfuerzos, pero lo que no podemos permitir es que esto se normalice.

    Los desaparecidos no son ni deben ser invisibles, pero también es prioritario luchar contra los contextos que permiten que se sigan dando las desapariciones. Luchar contra la impunidad de los culpables de ellas, y acompañar a aquellos que continúan de pie, día a día, por sus desaparecidos.