En la visión que se tiene del desarrollo entre muchos de quienes gobiernan, está el de ver muchos edificios nuevos, muchos fraccionamientos y más calles pavimentadas.
Y sí, es uno de los síntomas que se llegan a presentar en algunas ciudades para hablar sobre el estado que guarda la economía. Pero no lo es todo ni significa que todo lo de concreto esté bien.
La responsabilidad de las autoridades es velar que el crecimiento que tenga una sociedad cuente con lo necesario para quienes la habitan y sobre todo, cercanos.
Y eso se lleva a cabo si se tiene una política de ordenamiento real, que garantice el acceso a los servicios y a una vida de calidad para quienes habiten en los nuevos desarrollos.
Y esto lleva a recordar la importancia de que en centros urbanos con un crecimiento acelerado, como el que vive Mazatlán o como el que ha tenido Culiacán, por ejemplo, se garantice el respeto a los espacios naturales.
Se ha insistido mucho en que el desarrollo de una ciudad no significa depredar el medio ambiente, sino que se debe contar con un marco legal adecuado que garantice su conservación.
Y tal vez esa es una de las deudas pendientes en desarrollos urbanos como los que se han mencionado, y no tanto porque la voluntad de los desarrolladores se imponga sobre la importancia de conservar los espacios naturales, sino porque hay quienes apuestan por los vacíos legales para priorizar el negocio por encima del bien común.
Las autoridades tienen pendiente esa tarea, la de actualizar sus planes de desarrollos urbanos en los que se garantice el crecimiento ordenado de las ciudades con el respeto de los ecosistemas que lo rodean.
Si se cuenta con la voluntad para implementar esos ajustes, sin duda no solo se tendrían comunidades que garanticen condiciones más dignas para todos, sino que además, las haría más seguras y más sostenibles, apostando por un futuro mejor.
Impulsar esos cambios no requiere de mayores esfuerzos que sumar voluntades y el resultado significará un entorno mejor no solo para quienes hoy lo habitan, sino para las generaciones próximas.