Desde el primer minuto de este miércoles entró en vigor la veda del camarón en el litoral del Pacífico mexicano y con esa medida debería también iniciar el compromiso por la conservación del recurso.
Aunque se trata de una especie pesquera que sirve de sustento para miles de familias a lo largo de las costas del País, poca conciencia se ha generado en torno a su necesaria conservación.
Y esto ocurre porque apenas se percibe que tras su reproducción el camarón alcanza un tamaño apenas comestible, empieza una pesca ilegal del recurso que tiene un impacto negativo en las futuras temporadas.
La pesca es una actividad incierta, que si bien depende de las habilidades del pescador, ya sea en una laguna o marisma o a bordo de un gran barco pesquero, también responde a condiciones del clima.
Si faltan las lluvias, o si hay exceso de ellas, si los esteros no reciben suficiente agua dulce o se inundan de más, si el agua está muy caliente y falta la oxigenación o si está fría y se extiende más de lo previsto, influye en la reproducción de recursos como el camarón, por ejemplo.
Y esos son factores que no puede controlar el hombre, cómo sí puede hacerlo el preocuparse por permitir que la especie alcance una etapa madura y vuelva a reproducirse para alcanzar mejores niveles de producción.
Esta información se repite una y otra vez cada año a todos los involucrados en la captura de este recurso, pero de la misma manera, cada año debe lucharse por evitar que se capture de manera ilegal.
La pesca sustentable es eso, respetar los ciclos naturales de los recursos y aprovecharlos sin poner en riesgo su evolución. A veces, se percibe como una frase sin sentido, pero entenderla, permitiría tener más beneficios a todos.
Este miércoles inicia la veda sobre el camarón y ojalá que más se sumen a su protección, desde los pescadores hasta las comunidades que viven de este recurso, porque eso garantizará mejores condiciones para todos.
