Con este título, que no es nuestro, sino del prólogo del informe 2024 de Reporteros sin Fronteras, hemos querido iniciar este artículo por su contundencia y su golpe de realidad.
Y es que decir que 2024 no fue un año bueno para el periodismo y que probablemente 2025 tampoco lo será no es exagerar, es ver la realidad.
Los informes oficiales de organizaciones de periodistas lo reiteran: México es el país más peligroso para hacer periodismo al ser considerado un país que no está en guerra.
Es decir, solo nos supera Palestina y Pakistán en homicidios de periodistas y estamos a la par que Bangladesh.
Pero en lo que sí no nos supera nadie es en el terrible renglón de las desapariciones: México concentra el 30 por ciento de las desapariciones de periodistas a nivel mundial.
El informe de la organización Reporteros sin Fronteras, titulado Balance 2024 de periodistas asesinados, encarcelados, secuestrados y desaparecidos en el mundo, es devastador. Para desmotivar por completo a quienes nos dedicamos a esta profesión, pero también indignante y nos mueve a continuar.
Señala que en periodistas secuestrados, los países considerados de alto riesgo para la prensa en los últimos 10 años son cinco: Siria, Irak, Yemen, Malí y México.
En desapariciones, el índice de los seis países más peligrosos del mundo los últimos 10 años lo encabeza México, seguido por Siria, Malí, Congo, Palestina e Irak.
“Cerca de un centenar de periodistas están desaparecidos en todo el mundo, más del 25 por ciento de ellos en los últimos 10 años. México destaca tristemente como el país más peligroso ya que concentra el 30 por ciento de los casos”, precisa.
De 95 periodistas desaparecidos en el mundo en los últimos 10 años, 39 de ellos han sido en América, y de esos, 30 han sido en México.
En 2024, fueron asesinados 54 periodistas en 17 países del mundo. Por supuesto que la Franja de Gaza acapara el 30 por ciento de ellos. En segundo lugar en el índice está Pakistán con siete homicidios, y en tercer lugar, junto con Bangladesh, está México, con cinco.
Los temas que matan no son muchos, de hecho son básicamente cuatro: Conflictos internacionales, Política nacional, Crimen organizado y Cobertura de protestas.
Y de eso, sabemos mucho en México y por supuesto en Sinaloa.
En Sinaloa
En nuestro estado por supuesto no estamos exentos de los ataques. Los años recientes nos lo han demostrado.
El Instituto de Protección para Personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas de Sinaloa informó hace unos días que en esta ola violenta que atravesamos han recibido 24 denuncias de agresiones a periodistas, y de agosto de 2022 a la fecha, se acumulan 143.
En Sinaloa, los actores que violentan a activistas y periodistas son en su mayor parte personas presuntamente relacionados al crimen organizado, pero también sociedad civil en general, y funcionarios estatales y municipales, de acuerdo con el Instituto.
Las agresiones reportadas han sido amenazas, descalificación de la labor, obstaculización, lesiones, ataque a medio de comunicación con arma de fuego, ataque a periodista con arma de fuego, hostigamiento, daños a vehículo, ataque cibernético, violencia digital y privación de la libertad.
El prólogo
Volviendo al título de esta columna, reproducimos algunas líneas del prólogo del informe de Reporteros sin Fronteras, escrito por su director, el francés Thibaut Bruttin:
“Morir no puede ser un factor más de riesgo asumible por ejercer el periodismo”, inicia. “Un año más, el balance anual de Reporteros sin Fronteras muestra el alto precio humano que paga el periodismo y dibuja el retrato de los depredadores de la libertad de prensa, de esos poderes represivos y de esos grupos armados que atacan a quienes trabajan cada día para ofrecer una información fiable”.
La fatalidad, agrega, no puede esgrimirse como argumento ni la forma pasiva puede utilizarse como expresión.
“Los periodistas no mueren, los matan; no están en la cárcel, los regímenes los encierran; no desaparecen, los secuestran”.
Y de hecho, muchos de estos crímenes continúan impunes, agrega el texto.
“De víctimas colaterales, los periodistas han pasado a ser objetivos, testigos incómodos, incluso moneda de cambio”.
Es necesario sacudirnos y activarnos, dice Bruttin.
“Y recordar que es por nosotros, los ciudadanos, para informarnos, por lo que mueren asesinados los periodistas”, asienta. “La indolencia de los poderes públicos sólo es posible gracias a una indiferencia aún demasiado marcada de los ciudadanos”.
Solidaridad
Por padecerlo y por sentirlo cerca, hacemos este recuento para solidarizarnos con los compañeros periodistas que han sido atacados de una u otra forma, no solo en Sinaloa y en México, sino en todo el mundo.
Porque no, esta no es una situación normal, aunque sea común. Hay decenas de países donde no se registra una sola agresión a periodistas, por ejemplo en Estados Unidos o en Canadá, en toda Europa, en Japón o en Corea del Sur, y en muchos de Sudamérica, como Argentina, Chile, Brasil, Uruguay, Paraguay...
Así que no, nuestra situación en México no es normal y lo más terrible que puede pasarnos es normalizarla.
Como bien exhorta el director de Reporteros sin Fronteras: “Sigamos contando, denunciando, investigando, para que se haga justicia”.
Otro asunto con los regalos
Y en otro tema, es necesario contarle que casi logramos cerrar la temporada navideña de regalos sin otro incidente que nos trastoque nuestras políticas al respecto, pero no lo pudimos hacer.
Ayer sábado, precisamente, se nos presentó otra situación, en esta ocasión con un cliente del área de Publicidad, que aprovechó un desayuno con medios, al que acudimos para dar cobertura, y le entregó sendos sobres con dinero en efectivo a nuestra reportera y nuestro fotógrafo.
Sabemos que tal vez desconocen nuestras políticas de NO aceptación de regalos o favores para nuestros periodistas, sin embargo, en este y otros espacios lo hemos señalado en múltiples ocasiones. De hecho el mes pasado dedicamos un artículo completo al respecto, y así lo hemos hecho los años anteriores en esta temporada.
Por si queda alguna duda, reiteramos lo que marca nuestro Código de Ética al respecto:
Capítulo 3. Responsabilidad del reportero
3.2 Responsabilidad profesional
Rechazar rotundamente regalos y/o beneficios de cualquier tipo que podrían comprometer su integridad profesional y la del periódico.
3.3 Relación con las fuentes
No debe buscar privilegios ni aceptar regalos de sus fuentes para no poner en entredicho la independencia, integridad, credibilidad y profesionalismo de la empresa o del reportero.
Ayer, luego de la situación a la que se expusieron involuntariamente nuestra reportera y nuestro fotógrafo, ellos mismos devolvieron los sobres con dinero al personal de Marketing de la empresa en cuestión.
Escribimos esto no para exponer al cliente o a la fuente, sino para transparentar el actuar ético de nuestros periodistas, que de inmediato reportaron la situación a la Dirección Editorial y realizaron la devolución. Su integridad no está ni puede estar en entredicho y por eso lo aclaramos.