Informando de seguridad dentro de la ‘propaganda’ criminal

    Es muy claro que no tenemos una opción sencilla, pero finalmente lo que buscamos es no dejar de informar, de prevenir, de alertar y de denunciar. No somos ni seremos jamás un medio silenciado, mucho menos en un estado como el nuestro, donde tanto se requiere la información, la prevención y el fomento a la legalidad y la construcción de paz.

    La vorágine de información conocida como policiaca o nota roja nos mantiene en vilo. Seguimos inmersos en este contexto aciago, y nos seguimos sintiendo inquietos, ansiosos, vulnerables...

    En medio de la incertidumbre que parece dominarnos a todos los que vivimos en Sinaloa, en el caso nuestro un tanto agotados, prácticamente sin descanso muchos de los periodistas, nos mantiene y nos saca avante el profesionalismo y el real interés de informar.

    Es decir, a diferencia de lo que opinan algunas autoridades, nuestro objetivo es de prevención, de alertar y de denunciar, como siempre lo ha sido.

    Por eso en el día a día, en medio de estas jornadas de violencia y la constante toma de decisiones, algunas de ellas nos van inquietando más que otras.

    Ciertamente hay mucha información, incluso están fluyendo datos oficiales de manera constante por parte de las corporaciones y las autoridades de seguridad, pero en este ingente fluir de notas, fotos, videos, mensajes y contenidos que, sabemos, hasta mueven los propios grupos criminales, nos inquieta el mensaje profundo o, podría decirse, lateral, que no subliminal, porque los signos, los símbolos están ahí... propaganda, prácticamente.

    Y es que desde un inicio de esta racha violenta que inició el lunes 9 de septiembre, empezamos a apreciar en videos que nos hacían llegar o que circulaban en chats o en redes sociales, que muchos de ellos mostraban, por ejemplo, un gran poder armamentista de los dos grupos criminales.

    Luego de unos días los sucesos empezaron a llenarse de más detalles, hasta macabros, pero llenos de significado.

    Los sombreros, los carritos, las cajas de pizza, las condiciones de los cuerpos... todo es un mensaje y nosotros como medio lo transmitimos porque es parte del escenario de hechos policiacos.

    Cada tanto nos detenemos un poco para tratar de reflexionar si debemos o no seguir dando descripciones de esos detalles.

    Difícil decisión entre si debemos o no decirlo, cómo lo decimos, qué tanto es información o qué tanto es transmitir propaganda de los grupos delictivos.

    Sería muy sencillo editarlo, decir no, no transmitir esos mensajes... eliminarlos... Pero ¿qué pasa si nos quedamos cortos, sí omitimos información, datos...?

    En nuestros Protocolos y Criterios de Cobertura y Publicación de Información relacionada con Violencia y Delincuencia Organizada que implementamos desde 2010, ya lo hemos comentado, tenemos algunos puntos específicos sobre no transmitir los mensajes de los grupos criminales.

    “No publicamos en Portada hechos violentos que consideramos que forman parte del discurso de intimidación y terrorismo de grupos de crimen organizado, tales como mensajes en mantas o en grabaciones donde se transmiten enfrentamientos armados, asesinatos, actos de tortura, entre otros; excepto cuando éstos trascienden a otras esferas de la comunidad, como la política y la civil”, precisa uno de los puntos.

    En el caso de las fotografías señalamos en nuestros lineamientos:

    “Somos especialmente cuidadosos y rigurosos con la selección de fotografías, cuidando que las imágenes no sean ofensivas para el lector al ser esencialmente violentas o aquellas donde la sangre es la protagonista principal”.

    De hecho en el caso de las fotos es donde menos problema tenemos y tratamos de publicar imágenes generales, tomas abiertas, movilización de corporaciones... y lo menos posible imágenes detalladas, tomas cerradas o detalles demasiados gráficos en cuanto a violencia.

    De hecho hemos llegado a difuminar imágenes demasiado explícitas.

    Pero como en todo, es una cuestión de criterio que incluso se presta a la subjetividad.

    Como contexto, en aquel momento en que creamos e instauramos los criterios, por los cuales fuimos incluso criticados por algunos medios y periodistas, se utilizaba mucho el dejar mantas, letreros, avisos, firmas, etc., para amenazar, amedrentar, reclamar o simplemente adjudicarse un hecho.

    Desde ese 2008 que se disparó la violencia a ahora han cambiado los modos, las estrategias, incluso los símbolos.

    Pero en términos generales permanecen los intentos de transmitir un mensaje más allá del solo hecho.

    Una amenaza, un apropiarse de algo, enviar mensaje al contrario, en fin... sólo insistimos en precisar que en todo este contexto violento, no es sencillo la toma de decisiones rápidas y acertadas para informar sin caer en el sensacionalismo, para prevenir en sus justa dimensión, para decidir qué publicar y con qué base.

    Ahora a dos semanas de estar en medio de esta refriega que nos mantiene azorados a todos los que aquí vivimos, volvemos a cuestionarnos y a reflexionar, intentamos replantearnos, volver a lo básico... ¿transmitimos los mensajes de los grupos criminales aún cuando eso sea regatear datos a los lectores?

    Creemos que si no se esconde información y sólo se omiten descripciones detalladas de lo más violento, es mejor que caer en un fomento a esos detalles de la saña y la extrema violencia.

    Es muy claro que no tenemos una opción sencilla, pero finalmente lo que buscamos es no dejar de informar, de prevenir, de alertar y de denunciar.

    No somos ni seremos jamás un medio silenciado, mucho menos en un estado como el nuestro, donde tanto se requiere la información, la prevención y el fomento a la legalidad y la construcción de paz.

    Lo que le ofrecemos a ustedes como lectores es que seguimos atentos, informando al momento en la medida de lo posible, en cuanto tenemos datos confirmados, además presentándolo de la mejor manera resumida y explicada, tratando de darle perspectiva en nuestro ejemplar impreso, no sólo con notas sino con artículos de análisis y de propuesta.

    Y aunque decimos no a los mensajes, signos y símbolos de los grupos criminales, y preferimos mantenernos en el rigor de nuestros criterios previamente establecidos, sí ofrecemos los datos relevantes que contribuyan al entendimiento del fenómeno, de la situación, que permitan a la ciudadanía tomar decisiones de movilidad y del día a día, pero sin contribuir a elevar el nivel de belicosidad en la propia comunidad.

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