Hechos de alto impacto, como el de Sánchez Celis: una cobertura complicada

    Mostrar el clima de inseguridad y los hechos delictivos es parte de nuestro compromiso periodístico...

    En Sinaloa nunca ha sido sencillo hacer cobertura periodística relacionada con seguridad, violencia, crimen organizado y narcotráfico.

    El riesgo está siempre y, sobre todo, la vulnerabilidad en la que nos encontramos al estar en campo.

    El domingo pasado a nuestros periodistas de seguridad les tocó la movilización desde temprano y durante muchas horas. La comunidad de Sánchez Celis, en la sindicatura de Eldorado, aún perteneciente a Culiacán, fue esta vez el escenario de los hechos de alto impacto.

    Como siempre, nuestros reporteros, al enterarse de los hechos, lo primero que hacen es reportarlo a su editor y/o la Dirección Editorial, y usualmente lo hacen cuando ya van en camino al sitio, pero es una regla hacerlo. Máxime cuando saldrán de la zona urbana. Es parte de nuestros protocolos de cobertura para hechos de inseguridad y de alto impacto que implementamos desde 2010, cuando la ola de violencia nos hizo replantear toda nuestra manera de cubrir esos temas.

    Y tratamos de seguir esos protocolos al pie de la letra. Hemos comprobado que nos ayuda a reducir el riesgo, aunque sea en parte, en un porcentaje que no es del 100 por ciento nunca, pero que sí nos sirve mucho a por lo menos meter un poco de control a situaciones que casi siempre carecen de ello.

    Por supuesto que esa es sólo una de las cuestiones mínimas que podemos hacer, porque todo lo demás es complicadísimo, sobre todo porque la información, que es nuestro principal objetivo, prácticamente no fluye. Mucho menos por canales oficiales.

    Ya lo hemos cuestionado muchas veces, y sabemos que tampoco es sencillo para las autoridades dar información de hechos casi en curso, y que, tal como lo señalan constantemente, hay una secrecía que debe guardarse, pero no informar absolutamente nada durante horas y días no debería ser.

    Debido a que ya sabemos cómo suelen desarrollarse estas situaciones, lo que tratamos de hacer en ese tipo de coberturas es por lo menos ir narrando lo que estamos atestiguando, documentar lo más que se pueda en imágenes fotográficas y en video, para en ello basarnos en ir haciendo notas para el sitio de Noroeste.com y distribuirlas vía redes sociales.

    Es importante hacerlo no por sensacionalismo o morbo, sino como un asunto de utilidad para los habitantes del sector, por ejemplo, o quienes pudieran tener intención de transitar por la zona sin saber las condiciones que se atraviesan.

    También para documentar y dejar asentado un enfrentamiento o ataque entre corporaciones y civiles, mostrando con eso la situación que prevalece en la región.

    Y sobre todo para que las familias de posibles víctimas sepan lo que está pasando, y que familias de los elementos policiacos o castrenses también.

    Y es que independientemente de que el hecho esté o pueda verse hasta cierto punto justificado por tratarse de un grupo armado, es importante dejar en claro cuando en la zona se encuentran civiles que pueden o no estar dentro de dicho grupo y tratar de señalar qué tanta inestabilidad hay o no en la zona.

    La cobertura en la comunidad de Sánchez Celis la mantuvimos de manera ininterrumpida por espacio de 10 horas, y durante todo ese tiempo lo que más pudo documentarse fue el reclamo general de madres de familia y otros familiares de las personas que se encontraban en la zona de los disparos, y de las que no tenían información.

    Los videos mostraban la desesperación de las familias y, además de uno que otro dato que daba algún habitante de la zona, era todo lo que se tenía de información.

    Los fuimos subiendo a nuestro sitio y redes sociales en el transcurso de las horas de cobertura y dichos videos suman ya, en una semana, más de 3 millones de views.

    Adicional a la cobertura en campo, supuesto que durante ese lapso de tiempo buscamos a las corporaciones, pero no hubo datos oficiales, sólo algunas filtraciones extraoficiales.

    Así es, con esas limitantes, es como podemos más o menos bosquejar lo ocurrido para transmitirlo.

    En este caso fueron días los que pasaron sin que se conociera una versión oficial de los hechos.

    Se fueron conociendo datos a cuentagotas y algo de información extraoficial. Y fue hasta el jueves que el Gobierno del Estado confirmó el saldo oficial de siete muertos y un detenido, pero sin mayores datos, como, por ejemplo, clarificar si entre los fallecidos había o no menores.

    Dentro de todo esto, aún con esas dificultades y, por supuesto, riesgo, al estar expuestos por completo en la zona de conflicto, en ningún momento pensamos en dejar de hacerlo.

    Mostrar el clima de inseguridad y los hechos delictivos es parte de nuestro compromiso periodístico, y como bien señala Kyndell Harkness, editor del Minneapolis Star Tribune, sobre el objetivo final de las coberturas policiacas: “La información sobre delincuencia en nuestras comunidades... se trata de informar al público para que pueda tomar buenas decisiones sobre su seguridad”.

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