Fe de erratas, el recurso tan temido

    Ciertamente en nuestro caso y de los medios en nuestro País es más común el concepto de Fe de erratas, y poco conocido o poco usual decir Fe de errores. Para fines prácticos podríamos tomarlo como lo mismo.

    En el mundo editorial, una errata es un error involuntario cometido en un documento o libro impreso, y que no puede ya corregirse o evitarse. El término proviene del latín erratum, “error”. La única manera de solventarlo, entonces, es a través de una edición corregida. En ella, dichos errores son solucionados e identificados a través de una fe de erratas.

    El párrafo anterior es una descripción del concepto de Fe de erratas, contenida en la Enciclopedia Concepto, una publicación de Editorial Etecé (Farías, Gilberto, 25 de febrero de 2024. Fe de erratas. Enciclopedia Concepto. Recuperado el 19 de octubre de 2024 de https://concepto.de/fe-de-erratas/).

    Luego de ahondar en la explicación del concepto, el mismo artículo aborda la diferencia entre fe de erratas y fe de errores, y señala:

    “No es lo mismo una fe de erratas que una fe de errores. Este último término se emplea en la jerga periodística para aludir a los errores en la información transmitida en un medio de comunicación impreso, es decir, las informaciones falsas, equivocadas o imprecisas del pasado, y que suelen aclararse en la edición actual en una columna junto a las cartas al editor”.

    Pero continúa: “Esta diferencia, sin embargo, no es demasiado conocida, y en muchos casos puede verse el uso de ‘fe de erratas’ en lugar de ´fe de errores’ en los diarios y publicaciones impresas”.

    Ciertamente en nuestro caso y de los medios en nuestro País es más común el concepto de Fe de erratas, y poco conocido o poco usual decir Fe de errores. Para fines prácticos podríamos tomarlo como lo mismo.

    Pero bien, este breviario del mundo editorial, viene a colación porque ayer, en la portada de nuestro ejemplar impreso cometimos un error, que podríamos calificar como de interpretación, pero sólo por ponerle un adjetivo, porque error es error y, como siempre, es doloroso.

    Sobre todo cuando se trata de la nota principal del periódico, y con mayor razón cuando se trata de un análisis nuestro que en su origen está bien, y en nuestro sitio digital y nuestras redes se publicó correctamente, pero que a la hora de ponerlo en la página impresa nos equivocamos al interpretar mal el enfoque de la noticia.

    En el ejemplar impreso de ayer publicamos el encabezado “Cierra octubre como el mes más violento de la historia”, cuando lo correcto debió ser: “Cierra mes como el octubre más violento de la historia”.

    Y es que la nota, basada en un análisis diario que realizamos y publicamos en el sitio de noroeste.com, y el cual actualizamos día a día, la interpretamos mal a la hora de ponerla en página.

    ¿Por qué? Por lo que suceden los errores: descuido, exceso de confianza, desconocimiento, falta de concentración, falta de conocimiento, falta de revisión, en fin, las justificaciones, pretextos o explicaciones pueden ser infinitas, ya lo sabemos, pero lo importante, en este tipo de casos, es reaccionar de inmediato y tratar de corregir lo más rápido posible para no impactar tanto.

    ¿Qué hicimos? Ayer mismo en la mañana temprano, corregimos la página en el PDF, es decir, en el documento que se manda a impresión, pero lo hicimos para que estuviera corregida en nuestra edición impresa o edición “hojeable” que tenemos en el sitio web y que es muy vista por nuestros lectores y suscriptores digitales.

    Y hoy domingo publicamos una Fe de erratas en la portada del periódico impreso, donde explicamos el error y ofrecemos disculpas.

    No es fácil para quienes realizamos labores de edición cuando cometemos errores, pero es más difícil cuando son en la portada del periódico y cuando son en la nota y el encabezado principal. Y para agregar algo más, es terriblemente difícil cuando en un contexto de violencia como el que atravesamos, se interpretan mal cifras ya de por sí negativas, delicadas y que impactan.

    Pero finalmente, como siempre lo hacemos, nos sobreponemos a eso, o al menos tratamos de hacerlo, para corregir.

    No podemos olvidar que nuestro Decálogo Noroeste, contenido en nuestro Código de Ética y nuestro Manual de Estilo señala en su punto 10: “Aclarar o rectificar cuando se cometa un error informativo”.

    Es parte de nuestras obligaciones profesionales y éticas y las asumimos como tales.

    Pero no podemos evitar sentirnos apenados con ustedes, nuestros lectores, por eso nos disculpamos ampliamente.

    No podemos garantizarle que no volverá a ocurrir. Seguramente volveremos a caer en alguna situación similar en el futuro. Pero lo que sí le aseguramos es trabajar con nuestro mayor esfuerzo para reducir los márgenes de error que ya de por sí son amplios en una publicación diaria y a contrarreloj. Y sobre todo, le garantizamos que lo seguiremos reconociendo públicamente. De nuevo, van nuestras disculpas.