Aniversario 49; iniciamos el año 50

    Nuestra identidad y nuestra misión periodística siguen intactos: trabajamos todos los días para conservarlo, le apostamos a la credibilidad como estandarte, con todo el trabajo, el reto y el riesgo que eso implica.

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    Desde este sábado (aunque debió ser desde el jueves), en el cabezal de la portada del ejemplar impreso de Culiacán hicimos el ajuste anual: en lugar de Año: XLIX ahora dice Año: L.

    Y es que desde este 8 de septiembre empezó a correr ya nuestro año 50 en cuanto a las publicaciones.

    Mucho hemos escrito en aniversarios anteriores y en mensajes que hemos dado en diferentes foros sobre la importancia que le damos a celebrar nuestra fundación. Y no nos referimos a celebrar con fiestas o en el aspecto mercadotécnico, sino a conmemorar la fecha, pues pareciera sencillo decir que cumplimos 49 años, pero especialmente en la actualidad, que un periódico, un medio, independiente, contestatario, crítico, ético y honesto llegue a tal edad es encomiable.

    Pudiera oírse pedante decirlo nosotros, pero usted lector sabe que no mentimos, lo probamos todos los días en nuestros productos impresos y digitales, nos esforzamos por mantenerlos con altos estándares éticos y periodísticos, pese a las adversidades no solo económicas, sino de todo tipo, desde dificultades en las coberturas o en el acceso a información, riesgos de nuestros periodistas y un sinfín de detalles que seguramente le hemos planteado en este espacio a lo largo del año.

    Pero no es momento de quejarnos, sino de agradecer y de refrendar compromisos.

    Hace 49 años, un 8 de septiembre en Culiacán, tres empresarios decidieron aportar algo más a su comunidad, desde su rebeldía e inconformidad con el sistema político que imperaba en esa época, quisieron dar a Sinaloa un contrapeso, un espacio para las voces disidentes que quisieran aportar de manera positiva a la entidad.

    Casi cinco décadas después, los periodistas y colaboradores de este diario continuamos aportando para que este espacio de contrapeso, de crítica, de información y de formación, salga adelante todos los días.

    Sí, tal vez es cierto, como lo dice nuestro colaborador Gilberto Ceceña en su cartón publicado este 8 de septiembre: “49 años de subida y con el viento en contra”, pero digamos que estamos acostumbrados, nos hemos forjado en las dificultades y en los riesgos, y los asumimos con responsabilidad y con reto.

    Hace cuatro años, en nuestro aniversario 45, nuestro director general escribió un artículo alusivo a la fecha, y de él retomamos estos párrafos que nos describe específicamente en cuanto a nuestro labor en la Redacción o área editorial:

    “Desde su fundación Noroeste ha ido a contracorriente. ¡Imagínese a Manuel Clouthier, Enrique Murillo y Jorge del Rincón en 1973 fundando un periódico crítico e independiente en un estado dominado por el PRI y el narco!

    “Ese periódico es ahora un referente nacional y estamos muy orgullosos de él. Tomó 45 años construir una fortaleza que se resume en una palabra: credibilidad. Sobre esa credibilidad construimos ahora nuestra estrategia y confiamos en ella para lograr el éxito.

    “Pero no queremos el éxito a costa de lo que sea. Nuestro Código de Ética es claro: el primer mandamiento es la calidad de nuestro periodismo, por eso es importante señalar que para nosotros la transición digital solo tiene sentido si en el proceso no perdemos nuestra identidad ni nuestra misión periodística”.

    Nuestra identidad y nuestra misión periodística siguen intactos: trabajamos todos los días para conservarlo, le apostamos a la credibilidad como estandarte, con todo el trabajo, el reto y el riesgo que eso implica.

    Reporteros, fotógrafos, diseñadores y editores nos mantenemos firmes en este aspecto pese a las vicisitudes. No sabríamos hacerlo de otra forma.

    Por usted, lector, y por nosotros.


    Recordando al Chepe

    Dentro de una empresa con tantos años, ha pasado por aquí mucha gente, muchos periodistas que han hecho de Noroeste su escuela y muchos otros que hicieron de Noroeste su destino.

    De aquí se han ido muchos, no solo renunciando para irse a otro trabajo, sino retirándose y pensionándose por edad y por decisión.

    Y son ya varios de estos últimos que se nos han ido, pero definitivamente, que han fallecido por edad, por enfermedad, o por ambas conjugadas.

    Hace días se nos fue un fotógrafo emblemático, no solo para Noroeste, sino para Mazatlán: José Héctor Rojas, el Chepe Rojas.

    Fotoperiodista de los eventos sociales, se convirtió en una cara conocida para la sociedad mazatleca.

    Nos dedicó los últimos 30 años de su carrera, incluso ya pensionado siguió colaborando con nosotros por un tiempo.

    A él, a los que se han ido, a los que han pasado por aquí, a los que permanecen, no nos queda más que agradecerles: por su trabajo, por su talento invertido, por su entrega y dedicación, por su pasión y su compañerismo.

    Gracias, Chepe...