"Julio César Chávez inagura restaurante en Arizona"
Luis Lim
PHOENIX.- Julio César Chávez estuvo presente para inaugurar el Restaurante Sport Bar Campeones, al estilo Las Vegas, abierto ya al público en la ciudad de Mesa, Arizona, en el este de la metrópolis de Phoenix.
En el evento, el legendario boxeador anunció que su hijo, Omar Chávez Carrasco, será el estelar de la primera cartelera boxística en este centro de diversiones en una fecha por definirse.
Chávez aprovechó el viaje a Las Vegas en compañía de la familia para hacer una escala en Phoenix y cortar el listón de apertura, explicando a los medios de comunicación las expectativas como hombre de negocios en una corporación en la que se ha asociado con un grupo empresarial que ya expandió también a otros estados de la Unión Americana la distribución y venta al menudeo de la bebida "Energía de Campeones".
Evidentemente emocionado recorrió su museo al interior del Sport Bar localizado en la transitada esquina de Country Club y Southern acompañado del también ex-pugilista sinaloense Ahmed Santos y del empresario Brian Weymouth, quien además ha sido agente comercial de otras celebridades como los jugadores de Grandes Ligas Randy Johnson, Matt Williams y el rockero Alice Cooper.
Por supuesto, alguien que vive con el boxeo en la sangre, no puede evitar del choque entre el filipino Manny Pacquiao y Miguel Cotto el próximo sábado en Las Vegas, en la que muchos esperan como la pelea del año.
"Me gustaría que gane Pacquiao pero va a perder ante el puertorriqueño Miguel Cotto", pronosticó el multicampeón, basando su predicción a la "diferencia de estilos" para pelear entre ambos pugilistas que encabezan el programa boxístico denominado "Fire Power".
Y al hablar sobre el pleito que sostendrá su hijo Julio César Chávez Junior frente al estadounidense Troy Rowland, consideró que es "muy duro" el compromiso, aunque saldrá avante para disputar próximamente el campeonato del mundo.
Ampliando sus comentarios sobre la pelea entre Pacquiao (49-3-2, 37 nocauts) y Cotto (34-1, 27 nocauts), dijo que ninguno de ellos le hubiera pegado en sus mejores momentos de la gloriosa carrera que ostenta.
Y fue más allá, sonriendo con picardía: "En mi época a los dos les pegaría una chinga...", dijo, "a mí nadie me alejó de los cuadriláteros", agregó mientras exhibían en pantallas gigantes de su nuevo sport bar de Mesa, Arizona, una y otra de sus clásicas peleas. "Yo perdí solo. Nadie me ganó".
