"Discreta: Pero grande "
José Gil Olmos/APRO
"Primeras damas somos todas las mujeres de México, porque somos amigas, compañeras, consejeras de nuestros maridos". Estas palabras reflejaron durante mucho tiempo el carácter, la personalidad y el peso que Amalia Solórzano Bravo tuvo en la familia Cárdenas desde que se casó con el General en 1932, hasta su muerte, ocurrida el viernes 12, a los 96 años.
Durante siete décadas, doña Amalia, como todos le decían, participó en la historia del país, primero al lado del General Cárdenas y luego acompañando a su hijo Cuauhtémoc; a los dos los aconsejaba desde la intimidad familiar.
En el seno de la familia Cárdenas Solórzano, ella siempre hizo oír su voz. Aunque siempre fue discreta, su presencia fue determinante en hechos como la expropiación petrolera. Fue ella quien inició una colecta nacional en 1938 para exhortar al pueblo a participar en el pago de las indemnizaciones a las firmas petroleras extranjeras; fue ella, también, la que bautizó a la residencia presidencial como Los Pinos, en honor a la huerta de su natal Tacámbaro, Michoacán, donde conoció al General y se comprometió con él.
De la importancia de doña Amalia en la vida política y en las decisiones de su marido, él mismo escribió en sus memorias:
"Amalia siempre estimuló las tareas de mis responsabilidades políticas y sociales ya en lo nacional como en lo internacional. Tengo mucho que agradecerle a Amalia que es comprensión y amabilidad
su actitud fue discreta y de gran sensibilidad".
El noviazgo
Amalia Alejandra Solórzano Bravo tuvo una educación católica dentro y fuera de su familia. Su padre, Cándido Solórzano Morales, era un ranchero y comerciante, dueño de una fábrica de jabón y de aceite, a quien no le gustaban los militares porque los consideraba representantes de la violencia durante la Revolución, así como por la mala fama que tenían los soldados de abandonar a sus esposas. De ahí su negativa a que ella se casara con el General.
Su madre, Albertina Bravo Sosa, era más liberal. En una entrevista con Luis Suárez, publicada en el libro Cárdenas: retrato inédito, doña Amalia dice de su madre: "Mi mamá fue una persona de lo más movida, de lo más activa. De nacimiento, de corazón y de todo, era muy liberal".
Heredera del liberalismo, doña Amalia reconoció en ese diálogo con Suárez que fue su madre, Albertina, quien influyó en su percepción de la vida política del país. Participó en ésta al lado del General Cárdenas, considerado por muchos como el mejor Presidente que ha tenido el país en la historia reciente.
Sólo ocho años vivió Solórzano en Tacámbaro. A esa edad fue enviada a estudiar con las monjas del Colegio Guadalupano del pueblo de Tacuba, al poniente de la Ciudad de México. A los 14 años, en unas vacaciones en su pueblo conoció a Cárdenas, de 33 años, quien realizaba campaña para Gobernador.
"Estuvo en nuestra casa, que era un poquito más presentable que las otras del pueblo. Fue a la casa y estuvo platicando. Lo conocimos bastante bien. Permaneció cuatro días recorriendo la zona de Tacámbaro, yendo a las haciendas, en fin. Entonces hubo la manera de tener un poquito más de contacto", dijo en la plática con Luis Suárez.
Sobre este episodio, la autora del libro La suerte de la consorte, Sara Sefchovich, escribe: "Sin embargo, la familia se opuso a la relación. Ante todo porque ella era demasiado joven, pero principalmente porque eran gente devota que seguramente veían en el pretendiente de su hija mayor a un jacobino y enemigo de su fe, y además no les gustaba que fuera soldado pues éstos tenían muy mala fama y se decía que abandonaban a sus mujeres".
A pesar de esa negativa, el General la frecuentó cuatro años. Con la anuencia de las religiosas le enviaba carta y regalos y el 15 de septiembre de 1932, cuando Amalia tenía 20 años y Lázaro 37, se casaron pero no por la Iglesia sino sólo por lo civil, por decisión del General. No acudieron los padres de la novia.
Convertida en la esposa de Lázaro Cárdenas, lo acompañó en las distintas comisiones que le asignaron en varias partes del país. Con ella, el General se quejó de la ominosa presencia del General Plutarco Elías Calles, y de sus decisiones de llevarlo a distintos estados sin permitirle estar en Michoacán, confió al periodista.
Una vez en la Presidencia de la República (1936), Cárdenas se deshizo de la sombra del caudillo al exiliarlo en San Diego, California, donde estuvo hasta 1942. También tomó la decisión de no habitar el castillo de Chapultepec, por considerar que lo alejaba del pueblo, y de reconstruir la casa que estaba en el rancho La Hormiga, a un costado del Molino del Rey, para hacerla su residencia. Esta finca llevaría el nombre de Los Pinos.
Una vez en la nueva casa presidencial, Amalia Solórzano asumió un papel discreto, y a sugerencia de su esposo rechazó ser llamada Primera Dama. Es por ello que se quedó a cuidar la casa, a su hijo Cuauhtémoc y a otros niños algunos de los cuales eran huérfanos que recogía en sus giras, pero otros, dice la autora, eran hijos que el General había tenido en sus andanzas por el país, entre ellos una niña llamada Alicia, según contó Francisco J. Múgica, amigo del General Cárdenas.
Acerca de este pasaje, en su libro Estos años, el periodista Julio Scherer García preguntó a la viuda de Cárdenas. "El General está en los cielos, señora, los que existan. Pasó por la tierra y se hizo querer de tal manera que muchos lo recuerdan como a un pariente grande. Ojo alegre como fue, ¿le afecta que picara donde podía?"
A lo que doña Amalia contestó: "Mira, el General pudo haber picado en muchas partes, pero sólo en este vientre reposó hasta su muerte" (Proceso 955).
Los refugiados españoles
Pese a su discreción, con el paso de los meses, la compañera del General comenzó a dejar el ostracismo y en 1937, al presidir el Comité de Ayuda a los Niños del Pueblo Español, apoyó una de las decisiones históricas más importantes de Cárdenas: asilar a 456 menores, huérfanos de guerra e hijos de combatientes republicanos. Les dio alojamiento, sustento y educación en la ciudad de Morelia, Michoacán; con el tiempo fueron conocidos como los Niños de Morelia.
En una entrevista publicada en el semanario Proceso, Solórzano dijo de estos premios: "Voy porque se trata del General. Si fueran para mí, no iría. No he hecho nada. Hice lo que pude haber hecho en esa época, pero yo no tuve más mérito que ser la compañera del Presidente".
Sin embargo, doña Amalia construyó su propio camino. Aunque durante los primeros años del Gobierno de Cárdenas (1936-1940) casi no asistió a los actos oficiales. No estuvo, por ejemplo, en la toma de posesión de su esposo, incluso se excusaba por no asistir a los actos del Día de las Madres que se habían puesto de moda entre los políticos. Con el tiempo realizó acciones que le generaron el respeto del pueblo.
Comenzó a participar en actos de solidaridad e instaló una oficina desde la cual estableció correspondencia con mujeres de todo el país. Al término de la administración cardenista se solidarizó con los movimientos de maestros, ferrocarrileros, electricistas y médicos. Hizo pública su indignación por los asesinatos de Rubén Jaramillo y de Genaro Vázquez; asimismo, festejó el triunfo de la Revolución cubana en 1959.
Compañeros, Lázaro y Amalia condenaron la masacre de 1968; incluso ella participó en la famosa Marcha del Silencio de ese año.
Dice Julio Moguel, sociólogo y coautor de Estampas para el recuerdo. Los caminos indígenas de doña Amalia, que los años que siguieron a la Presidencia de Cárdenas también fueron de gran actividad para doña Amalia "en la construcción cotidiana de relaciones personales y políticas que ayudaron entonces a dar vitalidad y fuerza a los ideales y obras que había legado el cardenismo. Tejer ideas, crear redes, construir puentes: con los Méndez Arceo, con los presos políticos, con dirigentes agrarios y las causas chicas, aunque éstas, sea dicho, para el General y para doña Amalia, siempre fueron causas vitales y mayores".
Sus últimos años
A sus 82 años, doña Amalia Solórzano aún tuvo la energía para aceptar la invitación del EZLN a participar en la Comisión de Seguimiento y Verificación de los Acuerdos de San Andrés. Hizo el mismo viaje que muchos años antes realizó su compañero para llegar a la ciudad de San Cristóbal de las Casas y defender los derechos de los pueblos indígenas.
Andrés Aubry, historiador francés que murió hace un año y medio, describió la odisea de doña Amalia en Chiapas, de esta manera:
"Platicó con los indígenas hasta que trajeron caballos. Cubrió jineteando los 20 kilómetros que todavía lo separaban de San Cristóbal. De manera menos deportiva, pero igual de meritoria, doña Amalia venció su edad, la distancia, el cansancio de su desvelada, de una desmañanada por el avión, de las curvas del viaje desde Tuxtla, el frío de Jovel, la paciencia de interminables esperas.
"En aquellos días de San Cristóbal, doña Amalia reactivó la presencia del General, autentificó una lucha y, con su frágil y emocionante persona, estampó en esta jornada el sello de la historia".
La causa indígena zapatista fue quizá la última que ella defendió antes de morir el viernes 12, a la edad de 96 años.
Cuenta la historia que, viviendo aún en las tierras fértiles de Tacámbaro, después de haber estado con su madre en una iglesia del lugar y de observar a una indígena que fregaba los pisos con mucha fuerza y dignidad, escribió más tarde en un cuaderno: "Nací, nacimos, para sentarnos en una larga banca y compartir lluvias y soles que no distinguen ni el color de la piel ni la manta de la seda
"
"Nací, nacimos, para sentarnos en una larga banca y compartir lluvias y soles que no distinguen ni el color de la piel ni la manta de la seda
"
Amalia Solórzano
Viuda del General Lázaro Cárdenas
Despide clase política
a Amalia Solórzano
MÉXICO (NTX)._ El ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas; el Rector de la UNAM, José Narro Robles; y la dirigente nacional del PRI, Beatriz Paredes Rangel, figuran entre las personas que hicieron guardia ante el féretro de Amalia Solórzano, fallecida la víspera.
A su salida del sepelio, Narro Robles describió a doña Amalia como una mujer excepcional y fundamental en la vida contemporánea del país. Es imposible entender muchas cosas del acontecer nacional si no hubiera estado el Presidente Lázaro Cárdenas, y junto a él su esposa.
Señaló que ésta es una lamentable pérdida.
"Quisiéramos tener muchos mexicanos como los que se vieron en esta familia", destacó.
A su vez, Paredes Rangel indicó que tuvo y tiene por doña Amalia una gran admiración, porque además de ser una mujer inteligente y brillante también fue una gran patriota.
Mencionó que ella fue una mujer respetada y admirada por todos debido a su congruencia y a su compromiso con el país.
Asiste dirigencia del PSD
La dirigencia del Partido Socialdemócrata asistió a los funerales de la señora Amalia Solórzano viuda de Cárdenas, que se llevaron a cabo en su residencia de Lomas de Chapultepec.
El presidente del partido, Carlos Díaz Cuervo, el vicepresidente Luciano Pascoe, y el ex dirigente del instituto político, Alberto Begné, se sumaron a quienes acudieron a dar sus condolencias a la familia Cárdenas Solórzano.
En el funeral, donde se tocó música tradicional michoacana, estuvieron también Ricardo Pascoe, fundador del PRD; la priista Ángeles González Gamio, y el ex Canciller Jorge Castañeda Gutman.
Además, los perredistas Patricia Ruiz Anchondo, Laura Itzel Castillo y Porfirio Barbosa.
Entre las personalidades que asistieron al funeral están Guadalupe Marín, hija de Diego Rivera, y el empresario Carlos Slim Domit.
Políticos michoacanos
Poco antes del mediodía llegó al lugar de velación Lázaro Cárdenas, ex gobernador de Michoacán, quien hizo una guardia de honor junto con su padre Cuauhtémoc, su hermano Cuauhtémoc y el Gobernador de Michoacán, Leonel Godoy.
También se encuentran funcionarios de Michoacán, entre ellos Eloy Vargas, Secretario de Desarrollo Económico; Fidel Calderón, Secretario de Gobierno; Carlos Mandujano Vázquez, director de Protección Civil, y Humberto Suárez, Secretario de Finanzas.
Asimismo Rafael Servín y Jesús Adame, secretario particular y asesor de Godoy, respectivamente.
Al lugar también acudieron el Gobernador de Guerrero, Zeferino Torreblanca, quien dijo que acompaña a la familia Cárdenas a la que admira, reconoce y con quien ha compartido muchas luchas, así como Rosario Robles y Jesús González Schmall.
Día de luto
Leonel Godoy anunció que en los próximos días declararán un día de luto en Michoacán por la muerte de Doña Amalia y mencionó que ese estado y el país ha perdido a una gran persona, a quien definió como una mujer nacionalista con convicciones sólidas. "Con ella concluye el Siglo 20, es el fin de una época que fue marcada por la Revolución Mexicana", resaltó.
Expresa PAN pésame
El Partido Acción Nacional expresó su pesar por el fallecimiento de Amalia Solórzano, viuda del ex Presidente de México, Lázaro Cárdenas del Río, mediante el Diputado federal e integrante del CEN, Obdulio Ávila Mayo.