"La romántica boda de Chelsea Clinton"

NUEVA YORK._ Como si fuera un cuento de hadas, al atardecer del último día del mes de julio, Chelsea Clinton, de 30 años, dio el "sí quiero" a Marc Mezvinsky, de 32, con anillo de diamante y esmeraldas incluido, ante la atenta mirada de los cuatrocientos afortunados invitados, en Astor Courts, cerca de Rhinebeck, una pequeña localidad del estado de Nueva York.

Chelsea Clinton estaba muy guapa y elegante en su boda luciendo un vestido largo en blanco, con escote palabra de honor, y con un cinturón plateado y unos pendientes a juego con ese complemento, creación de la diseñadora Vera Wang, según confirmaba la web "Hola.com" y que algunos medios cifraban en unos veinte mil dólares. Como mandan los cánones, también llevaba un largo velo y el clásico ramo de flores de color blanco.

Por su parte el novio llevó un esmoquin diseñador por Christopher Bailey, de la firma Burberry, oscuro con corbata también en el mismo tono y una florecilla blanca en el ojal. Tras la ceremonia religiosa, Marc recorrió el patio de la mansión donde aplaudieron y dieron vítores los invitados, portando sobre los hombros el talit, manto de oración utilizado por los hombres judíos.

Astor Courts, histórica mansión que fue construida hace un siglo por el millonario John Jacob Astor a orillas del río Hudson, fue el escenario del romántico enlace.

Oficiaron la ceremonia religiosa el rabino James Ponet y el reverendo William Shillady, para cubrir todas las creencias de los contrayentes, judío el novio y metodista Chelsea, según confirmaba la web mencionada.

"The New York Times" en uno de sus bloggs, también lo refería, al igual que apuntaba que, probablemente, se habrán leido "las siete bendiciones" como es costumbre en las celebraciones matrimoniales judías.

UN BANQUETE CON OPCIÓN VEGANA.

El ex presidente Bill Clinton eligió para la ocasión un traje oscuro similar al del novio y su esposa, Hillary, un vestido de Óscar de la Renta en seda de tono cereza degradé, con algunos bordados en los mismos tonos en la falda, manga larga y un cinturón ancho con un collar a juego.

Tras la ceremonia, los radiantes padres de la novia, Bill Clinton, y la actual secretaria de Estado, Hillary Clinton, comentaron en un comunicado: "con orgullo y emoción hemos visto casarse a Chelsea y Marc en una bella ceremonia en Astor Courts, rodeados de familiares y amigos".

Añadiendo también que "no podríamos haber deseado un día más perfecto para celebrar el inicio de su nueva vida juntos. Estamos felices de dar a Marc la bienvenida a la familia".

Entre los invitados que se dejaron ver estaban la ex Secretaria de Estado estadounidense, Madeleine Albright , el actor Ted Danson , el productor de cine Steven Bing, la también actriz Mary Steenburgen, y un nutrido grupo de congresistas y destacados miembros del Partido Demócrata.

Sobre el banquete ha trascendido, según publica la web "nymag.com", que fue servido por los especialistas en "catering", Blue Ribbon, y que incluía una opción vegana y sin gluten, según los deseos de la novia. Los viñedos Clinton, del vecino pueblo de Clinton Corners, fueron los que pusieron los caldos, aunque no tienen nada que ver, a pesar del nombre, con el ex presidente de EE.UU. y, por supuesto, también tuvieron una gran tarta de varios pisos.

La boda más secreta del año, sobre la que ningún avión pudo pasar sobre ella a menos de 2.000 pies, ni fotografiar desde el aire para conseguir instantáneas, fue custodiada por cientos de agentes de la policía del estado de Nueva York , y otros destacados por los servicios secretos de EE.UU.

Pero quienes se lo pasaron bien de verdad con enlace, sin acudir a la ceremonia, fueron los habitantes de Rhinebeck, una pequeña localidad con unos ocho mil vecinos que está en el valle del río Hudson y a unas dos horas al noroeste de la ciudad de los rascacielos.

Según informaron varias cadenas de televisión y diversos medios locales, los ciudadanos de la localidad han disfrutado de lo lindo porque este acontecimiento "ha puesto a Rhinebeck en el mapa" y parece que también han hecho negocio en los días previos, porque algunos comerciantes vendían camisetas alusivas al enlace por un valor de 20 dólares.

Muy lejos de las cifras con las que se especula podría haber costado el enlace y que oscilan, según las fuentes, entre los tres y cinco millones de dólares. El gasto en seguridad se maneja en torno a 200.000 dólares, unos 600.000 por la carpa y cifras de escándalo por los arreglos florales. Para acabar la boda hubo fuegos artificiales sobre el río Hudson. Todo eso en unas celebraciones que han sido las más parecidas, en el estilo norteamericano, a lo que podría ser una boda real.