Reflexiona todo el tiempo que necesites, pero actúa todo lo más rápido que puedas, una vez que has hecho el análisis para toma la decisión.
¿Te has preguntado cuál es tu propósito de vida? ¡Tranquilo! A todos nos ha pasado en algún momento, para encontrar respuestas nada mejor que las reflexiones sobre la vida.
Reflexionar es una acción que nos detiene por unos momentos, pero que nos conduce a mejorar e influir positivamente en nuestro entorno. Es un momento para recapacitar y nunca es tarde para hacerlo y cambiar de ser necesario el rumbo de nuestra vida, profesión o empresa. Aprender sin reflexionar y pensar es como sumar sin números.
El objetivo es identificar cuándo estamos dejando de ser nosotros mismos y pasamos a tener pensamientos o comportamientos no adecuados. La clave, entonces, es tomar acciones para realizar los cambios necesarios que permitirán mejorar la calidad de vida y lograr nuestros objetivos.
Una conferencia, una canción, un evento desafortunado, ver una película, las palabras de una persona, leer un libro, escuchar una plática o una frase, nos puede llevar a un momento para reflexionar. No hay una guía exacta o estricta que nos indique el momento correcto para hacerlo.
Hay estudios científicos que explican cómo el ser humano se ha convertido en una máquina que ejecuta actividades de forma automática. Esto ha generado que en oportunidades tengamos comportamientos poco ejemplares que nos llevan, la mayoría de las veces, a cometer errores, no detectar las oportunidades y a tomar decisiones equivocadas. Las peores equivocaciones surgen de nuestro juicio. Reflexionar profundamente te permite actuar con el alma.
¿Cómo tener una calidad de vida mejor?
No hay un manual que explique o indique cuándo hay que reflexionar. El momento para hacerlo es mágico, entonces se abre el entendimiento, se conjugan las emociones y se desencadenan pensamientos sensatos.
Lo primero que hay que reconocer es que existe un problema y hay que buscar opciones para solucionarlo. Para ello, comparto algunas reflexiones que permiten analizarte como persona y conectarte con acciones y pensamientos positivos, que te ayuden a tomar mejores decisiones y hacer los cambios para mejorar tu vida, trabajo y/o empresa.
1. La vida está llena de cambios o sorpresas
Es mejor despertar sin pensar que se viene. Dejar que la vida nos pregunte, al azar, cualquier cosa. Estar relajado y sin aprensiones ayuda a ver cada detalle de tu día sin prejuicios ni expectativas. Preguntas tales como: ¿Qué vendrá? ¿Qué me espera? ¿Cómo saldrá todo? ¿Me conviene?
Pueden generar un grado de angustia, miedo o temor que paralizan ante cualquier evento inesperado. Lo ideal es estar atento, pero relajado para facilitar el entendimiento, aceptar eventualidades y asumir la vida real tal y como se presenta. La aceptación es la capacidad para asumir la vida, tal como es, significa aceptar la realidad, con situaciones agradables o desagradables, sin intentar cambiar o combatir aquello que no podemos controlar. Es un proceso de tolerancia y de adaptación (no de lucha).
2. Cada minuto es valioso
Vivir cada minuto de nuestras vidas es un arte que todos podemos desarrollar. Lamentablemente, invertimos mucho tiempo analizado o pensando en algo que ya pasó o que no sabemos si ocurrirá. La frase: “vivir cada momento como si fuese el último” no debe asumirse a la ligera. Es un mensaje que nos indica que la vida pasa rápidamente y se debe aprovechar cada instante para aprender y sentir de una manera consciente. Tu tiempo es limitado, así que no lo malgastes viviendo la vida de otro... Vive tu propia vida. Todo lo demás es secundario”. Steve Jobs
3. Calidad de vida sobre cantidad
Nos pasamos la vida en búsqueda de la felicidad y la basamos en cantidades. Es decir, generalmente partimos de la premisa que mientras más tenemos seremos mejores o más felices. Un viaje se caracteriza por lo vivido en el recorrido, no por el tiempo que tardas haciéndolo. Si quieres ser rico, no te enfoques en ganar dinero, sino en disminuir tu avaricia.
Esto es básicamente la reflexión. ¿Cuántas veces has disfrutado lo poco que tienes? Entonces, enfócate en vivir con calidad y que cada acción que realices sea realizada con amor. No le des importancia al tamaño, pero sí a la energía e intensidad con que lo hagas. Una persona digna prefiere vivir un segundo de pie, a arrastrarse toda la vida de rodillas.
4. Aprovecha lo que tienes y no enfoques tu energía en lo que te falta
Hay momentos de la vida en los que puede reinar la confusión y entonces esto conlleva a que no valoremos lo que tenemos. Es probable que tengas un logro importante y no lo estés disfrutando cabalmente. La carrera no siempre la ganan los más veloces, sino los que siguen corriendo.
Entonces, la recomendación es que valores lo que tienes, disfrutes y aproveches al máximo cada persona o situación que te presente la vida. Y lo negativo conviértelo en una experiencia o mensaje que permita tomar acciones para que el evento o situación indeseable no se repita en un futuro. La vida alcanza su plenitud cuando te separas de lo material para contemplar la belleza intelectual.
5. Dile adiós al rencor, resentimiento, odio y perdona
El odio es un sentimiento marcado por pensamientos y energías negativas. Cuando se experimenta el rencor, odio o resentimiento, generalmente se trata de llenar un vacío con elementos estériles. Esta manera opuesta de amar puede ser obsesiva, cambiar nuestra calidad de vida y trazar un rumbo incierto. Una persona exitosa es capaz de construir con las piedras que le han tirado.
El perdón es una decisión voluntaria y consciente, que nos libera de sentimientos negativos, como el rencor, resentimiento, enojo, dolor. “Enseñemos a perdonar; pero enseñemos también a no ofender. Sería más eficiente”. José Ingenieros
6. Los pequeños momentos son grandes pasos para lograr el éxito
Es necesario enfocarse en los logros pequeños, en lugar de los grandes. Porque al no lograr algo grande se va perdiendo la autoestima. Para alcanzar grandes objetivos necesitas culminar pequeñas tareas. La suma de cada actividad permite alcanzar los resultados. Es por ello, que se debe valorar cada esfuerzo, por más pequeño que sea, porque te permitirán llegar a feliz término a la valiosa meta planteada. “Empieza haciendo lo necesario, después lo posible, y de repente te encontrarás haciendo lo imposible”. San Francisco de Asís
7. Sé un poco egoísta y piensa más en ti
Muchos creen que pensar en uno mismo es un acto de egoísmo o narcisismo. Cuando te dedicas tiempo para estar física y mentalmente saludable, entonces estarás apto para pensar, analizar y ayudar. Dedícate tiempo y cuida tu salud, de esta manera mejoraras tu vida y favorecerás a tu entorno. “Los hombres viajan al extranjero para maravillarse ante la altura de las montañas, ante las olas gigantes del mar, ante el largo trayecto de los ríos, ante la vasta extensión del océano, ante los movimientos circulares de las estrellas... pero dejan al sí mismo de lado sin asombro”. – St. Augustine
8. Si mejorar depende de «la actitud», ¿la actitud de qué depende?
No eres una buena persona, un buen profesional o un gran líder de tu empresa por conseguir algo que funcione, sino por saber por qué funciona.
Para actuar como un profesional del cambio tienes que ir más allá de afirmaciones del estilo “lo logró gracias a su voluntad” (o su esfuerzo, motivación o actitud).
Deberás analizar y detallar las condiciones y factores que facilitaron el logro de la persona en ese contexto y momento dados, por qué no lo consiguió esa misma persona y otras personas, en escenarios similares,
Si afirmas que la consecución de un objetivo o de un avance depende de la voluntad y la actitud, entonces también debes explicar de qué dependen la voluntad y la actitud.
Es muy probable que en alguna de las conclusiones que obtengamos de estas reflexiones necesitamos la ayuda de profesionales y la comunicación para crear acciones específicas que nos ayuden a conseguir los objetivos que buscamos para ser mejores personas.
Las reflexiones de la vida nos ayudan a mejorar nuestro aquí y ahora. No es sencillo, quizás hemos estado en presencia de situaciones que nos pueden ayudar a reflexionar y no reaccionamos. Entrar en una zona reflexiva de calidad basada en experiencias, momentos, pasiones, emociones y conocimientos es el camino para vivir mejor.