Una vez más este empresario me ha comentado, a vuelta de vacaciones, que en este nuevo año sí tenemos que salirnos de la operación. Estamos muy metidos en el interior, en el día a día, en el detalle. Tenemos que salir, que ver más hacia fuera, que explorar más otros campos, que aprender de otros, que evolucionar más rápido.
Hicimos una rápida evaluación de los logros obtenidos hasta ahora y concluimos que los avances son significativos. El negocio ha crecido, se ha diversificado e internacionalizado, hemos impulsado el crecimiento de los ejecutivos, hemos transformado la fórmula de propiedad, hemos dado un decisivo paso adelante en la sucesión generacional. Todo esto ha generado un grupo de empresas de mucho más valor.
Pero nunca estamos conformes. Esto es parte de la mentalidad. Siempre aspiramos a más. Queremos seguir creciendo, mejorando las prácticas de gestión, profesionalizando el equipo humano, ampliando las miras hacia el exterior. En pocas palabras, queremos seguir fortaleciendo el ejercicio de la Dueñez.
Esta labor, la del dueño, enfatiza la creación de valor por medio de la flexibilidad, la innovación y la exploración de nuevas fórmulas de negocio. Esto demanda una mentalidad para ver su negocio siempre desde arriba, desde lejos y a largo plazo.
Esta mentalidad significa enfocarse a las decisiones más relevantes de la vida de cualquier empresa, que son:
Competitividad. A ninguna compañía le conviene competir en un mercado de forma mediocre. Los competidores marginales solo pueden aspirar a ganar dineritos. Realmente no crean valor. El único camino es el de la construcción de rutas de liderazgo, de caminos de diferenciación. Esto es la tarea fundamental del ejercicio del rol de dueño.
Inversiones. El dueño todo el tiempo está evaluando si está atendiendo las mejores oportunidades a su alcance, se cuestiona si no hay que invertir aún más en los negocios más prometedores, si no puede explotar mejor los más maduros, y si no debe desinvertir en los que ya no valen la pena. Esto implica estar siempre buscando nuevas oportunidades diferentes a las actuales.
Estructuras y personas. La Dueñez se aplica también a la revisión continua de la estructura de organización y sus líderes, revisando los roles críticos, los líderes clave y la forma como están agrupados y como interactúan. Es fácil que la inercia nos haga mantener estructuras y personajes que no responden al proyecto de futuro, y que se han quedado ahí solo porque nadie gobierna la organización desde la cima.
Gobierno corporativo. En este campo no siempre se trata de conformar un Consejo de Administración, siguiendo los cánones de las bolsas de valores y de las firmas calificadoras. La clave de la mentalidad de dueño, en este terreno, se centra en asegurar que por encima del management (aunque lo ejerza él mismo), exista un sistema de gobierno que asegure que la empresa camina hacia su propio destino, hacia sus mejores oportunidades.
Cultura organizacional. No hay mejor manera de asegurar la sustentabilidad de una empresa que a través de la orquestación de una organización sinérgica que atraiga y aproveche a los mejores talentos, y que los involucre en un ambiente de colaboración y compromiso con un proyecto de futuro ambicioso y alentador. Esta organización ha de vivir una serie de valores que le den congruencia y solidez y tiene que evolucionar permanentemente a través de propuestas innovadoras desarrolladas en equipos de trabajo bien integrados.
Está bien estar bien metidos en el negocio: Es parte del éxito de las empresas familiares. No debemos descuidar para nada la excelencia operativa. Pero tenemos que lograr trasmitir la capacidad de gestionar la operación a nuestros ejecutivos, para que algunos de los propietarios puedan dedicarse más a fondo al ejercicio de la Dueñez.
Estamos en tiempos de transformación, de evolución. Se acercan vientos recesivos en la economía. No podemos quedarnos quietos. En estos tiempos es cuando la Dueñez puede hacer la diferencia. No podemos seguir atascados en la operación.
Carlos A. Dumois es Presidente y Socio Fundador de CEDEM.
* “Dueñez®” es una marca registrada por Carlos A. Dumois.