La dimensión emocional juega un papel crucial en la motivación laboral. Los empleados necesitan sentirse emocionalmente conectados con su entorno de trabajo. Un ambiente laboral tóxico puede desmotivar rápidamente a los colaboradores, llevando incluso a problemas como el burnout o la renuncia.
El modelo de las 4E de la Motivación se presenta como una herramienta clave para enfrentar los desafíos del mundo laboral actual, donde las aspiraciones de los trabajadores han cambiado considerablemente tras la pandemia. Este enfoque propone una visión integral que abarca cuatro dimensiones fundamentales: Económica, Emocional, Experiencia y Estructura. Estas dimensiones no solo buscan motivar a los empleados a mantenerse dentro de una empresa, sino también a crecer y desarrollarse en ella.
En la dimensión económica, el salario sigue siendo un factor central para motivar a los empleados, pero hoy en día ya no es suficiente. Los trabajadores buscan más que un ingreso estable; las prestaciones superiores, los bonos y la flexibilidad en los ingresos se han vuelto esenciales. Además, en economías inflacionarias como la mexicana, cambiar de trabajo con frecuencia suele resultar en incrementos salariales más rápidos que permanecer leal a una misma empresa. De hecho, estudios como los de Scott Galloway indican que los empleados que se quedan más tiempo en una empresa suelen ganar menos a largo plazo. Este fenómeno refleja un sistema que, en muchos casos, no recompensa adecuadamente la lealtad de los empleados.
La dimensión emocional juega un papel crucial en la motivación laboral. Los empleados necesitan sentirse emocionalmente conectados con su entorno de trabajo. Un ambiente laboral tóxico puede desmotivar rápidamente a los colaboradores, llevando incluso a problemas como el burnout o la renuncia. En este sentido, los líderes deben estar equipados con inteligencia emocional para gestionar los estados emocionales de sus equipos, creando espacios donde los trabajadores se sientan valorados, no solo por sus habilidades, sino también como individuos. La gestión adecuada de las emociones dentro del trabajo es clave para mantener la motivación y la lealtad de los empleados.
La experiencia laboral también ha tomado gran relevancia en los últimos años. En un entorno donde el aprendizaje continuo es indispensable, las empresas deben ofrecer oportunidades de desarrollo profesional y personal a sus empleados. La promoción interna y los planes de carrera sólidos son fundamentales para mantener motivados a los colaboradores, quienes buscan un sentido de logro y crecimiento dentro de la organización. Este enfoque fomenta la psicología del logro, donde los empleados perciben que sus esfuerzos contribuyen al éxito de la empresa y, por lo tanto, sienten un mayor compromiso con la misma.
Por último, la estructura organizacional es esencial para garantizar un ambiente de trabajo motivador. Las empresas deben contar con sistemas claros de gestión del liderazgo, donde se promueva la rendición de cuentas y se reconozcan los logros de manera justa. Un sistema eficaz de indicadores clave de rendimiento (KPI’s), junto con una medición imparcial de los resultados, ayuda a los empleados a sentir que sus esfuerzos son valorados objetivamente. Además, fomentar la autogestión y empoderar a los empleados en su toma de decisiones diarias es clave en el entorno laboral actual, donde se busca mayor autonomía.
En resumen, el modelo de las 4E ofrece un marco integral para abordar las necesidades de los empleados en un entorno laboral cada vez más complejo. La pandemia ha provocado un cambio en las aspiraciones de la clase trabajadora, y las empresas deben adaptarse a esta nueva realidad si desean retener a sus mejores talentos. No basta con ofrecer un buen salario o un ambiente agradable; es necesario crear una experiencia laboral completa que motive a los empleados a quedarse y crecer dentro de la organización. Al conectar con las motivaciones más profundas de los colaboradores, los líderes pueden construir equipos más comprometidos, productivos y resilientes, preparados para enfrentar los desafíos del futuro.
El reto ahora para los líderes empresariales es adoptar este enfoque y reconocer que la motivación de sus empleados es el motor que impulsa el éxito a largo plazo. En este sentido, los directivos y gerentes juegan un papel crucial, siendo las “cabezas y rodillas” de la organización, quienes deben asegurar que las 4E se conviertan en una realidad dentro de la empresa.