En la actualidad, la juventud enfrenta un mercado laboral cada vez más competitivo y cambiante. A medida que las tecnologías avanzan y las expectativas de los empleadores se elevan, es crucial que los jóvenes desarrollen habilidades y mentalidades que les permitan adaptarse y prosperar. Sin embargo, una de las principales barreras que muchos enfrentan es la mentalidad cortoplacista, la falta de paciencia, la desobediencia hacia los superiores y la búsqueda de la facilidad sin esfuerzo, lo cuál que puede limitar significativamente su éxito a largo plazo en el ámbito profesional.
Cuando hablamos de mentalidad cortoplacista, nos referimos a la tendencia a enfocarse en recompensas inmediatas o en el éxito a corto plazo, en lugar de invertir en objetivos a largo plazo. Este enfoque puede manifestarse en diversas formas: desde la preferencia por trabajos temporales o de baja cualificación que ofrecen un ingreso rápido, hasta la falta de compromiso con la educación continua o el desarrollo profesional. Los jóvenes con una mentalidad cortoplacista a menudo buscan resultados rápidos, evitando situaciones que requieran esfuerzo sostenido o paciencia.
Existen varias razones por las que los jóvenes pueden desarrollar una mentalidad cortoplacista. En primer lugar, el contexto socioeconómico y cultural juega un papel fundamental. En una era de gratificación instantánea, donde las redes sociales, la publicidad y la tecnología promueven el acceso inmediato a bienes y servicios, no es sorprendente que los jóvenes se sientan atraídos por soluciones rápidas y éxitos inmediatos.
Además, la presión por obtener ingresos rápidamente, especialmente en economías inestables o de alta inflación como lo ha sido México en los últimos años después de la pandemia, puede llevar a los jóvenes a optar por trabajos de corto plazo, sacrificando su desarrollo profesional a largo plazo. La educación también desempeña un papel crucial; en algunos casos que pareciera ser la mayoría de ellos, los sistemas educativos no fomentan suficientemente el pensamiento crítico y la planificación a largo plazo, es casi como si les molestara pensar, lo que deja a los jóvenes sin las herramientas necesarias para visualizar, tomar decisiones correctas y trabajar hacia un futuro profesional más sólido.
El impacto de una mentalidad cortoplacista en el mercado laboral es significativo. Los empleadores buscan individuos que no solo sean capaces de desempeñar tareas específicas, sino que también estén comprometidos con su desarrollo y crecimiento profesional, y que incluya que tenga habilidades varias, es decir, “multitasking”. Los jóvenes que adoptan una mentalidad cortoplacista a menudo se limitan a trabajos que no requieren una inversión significativa en habilidades o educación, lo que puede llevarlos a quedar atrapados en un ciclo de empleos de bajo valor agregado.
Este enfoque también puede afectar negativamente su capacidad para avanzar en sus carreras. La falta de inversión en habilidades a largo plazo, como la comunicación efectiva, la resolución de problemas complejos o la gestión del tiempo, puede resultar en oportunidades limitadas de promoción y crecimiento. Además, la rotación frecuente de empleos, impulsada por la búsqueda constante de mejores oportunidades a corto plazo, puede ser vista por los empleadores como una falta de compromiso o seriedad, reduciendo aún más las posibilidades de éxito a largo plazo.
Si bien, el problema es muy amplio, es esencial para los jóvenes que desarrollen una visión más amplia de su futuro y comprendan la importancia de la planificación a largo plazo, por lo que de inicio deberán fomentar y ser alentados a ver la educación como un proceso continuo. Ya sea a través de la educación formal o del aprendizaje autodidacta, invertir en nuevas habilidades y conocimientos es crucial para mantenerse relevante en un mercado laboral en constante evolución, empezar a visualizar que les depara el mercado laboral en el futuro si aún están estudiando.
Que puedan aprender a establecer metas a largo plazo y a trabajar de manera constante y consistente, no solo para buscar alcanzarlas, sino para disfrutar el proceso de alcanzarlas que en muchas ocasiones es mucho más satisfactorio que el logro como tal, ya que algunas veces el enfoque solo está en alcanzar el dinero y no propiamente en cómo se alcanza, como si solo eso fuese el único símbolo del éxito duradero.
Parte de esa impaciencia, es entregarles el entendimiento que el éxito rara vez es inmediato. Es importante que entiendan que los logros más significativos suelen requerir tiempo y esfuerzo sumado a la capacidad de enfrentar desafíos y reveses con paciencia y resiliencia que es crucial para hacia el éxito en el camino.
Otro signo característico es cuando no les gusta pedir ayuda, un mentor o un modelo a seguir puede inspirar, guiar y facilitar en el entendimiento de donde está parado el mismo joven, lo cual le ayudará a adoptar una mentalidad que le permita viajar a largo plazo más allá de una recompensa inmediata, por lo que la mentalidad cortoplacista es un desafío significativo para muchos jóvenes en el mercado laboral actual. Sin embargo, con la educación adecuada, el apoyo y las herramientas para desarrollar una visión a largo plazo, es posible superar esta barrera y construir una carrera sólida y exitosa. Es responsabilidad de los padres, educadores, empleadores y la sociedad en general apoyar a los jóvenes en este proceso, ayudándolos a ver que las recompensas más grandes y duraderas vienen con el tiempo y los esfuerzos continuos.
Maestro en Administración de Negocios en el área de Finanzas
Fundador de Psicología Financiera