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Columna

Los abuelos en la familia

EDUCACIÓN EN LA FAMILIA

    Hablar de la familia necesita apartado especial para los abuelos, que son un apoyo fundamental en la familia y la sociedad, ayer fue el día de los abuelos, para los católicos festejamos a los padres de nuestra Madre del cielo, y todo el mes se pide a Dios por ellos, en esta familia no hemos tenido chance de ejercer más que en poquitos días cada tanto, hay que conformarse con lo que hay y disfrutar lo que se puede.

    Porque la relación abuelo-nieto es imprescindible para las dos partes y la generación intermedia, más o menos uno de cada cuatro abuelos cuida a sus nietos y dedica una media de siete horas diarias, para los abuelos es una forma de sentirse socialmente integrados, útiles, disminuyendo el sentimiento de soledad, sobre todo en momentos de pérdidas.

    La figura del abuelo se ha reforzado en los últimos años por el protagonismo en su labor de cuidadores auxiliares y de apoyo en los momentos de crisis económicas y familiares, les ayuda mucho a no sentirse jubilados de la vida, mantenerse activos, con entusiasmo y alegría, aunque también sucede en algunos casos que tienen la sensación de realizar una jornada laboral a tiempo completo sin oportunidad de vida propia que ya deberían estar disfrutando con todo derecho.

    Es importante no cargarles la mano por muchas razones: muchos ya no tienen ni la energía, ni la agilidad, ni los reflejos rápidos que requiere cuidar niños aunque se haga con mucho gusto y cariño, tienen derecho como digo a tener vida propia, y poder hacer las cosas que les agradan y cuando estaban criando a sus hijos no tenían tiempo, de tener vida social con sus pares no solo con niños, no es fácil tener la responsabilidad sin tener la autoridad, y la forma y necesidades de los niños de hoy son muy diferentes de cuando criaron a sus hijos. Lo mínimo y de buena educación sería preguntarle ¿puedes? No solo llegar y “te los dejo”.

    Además es bien sabido que los abuelos son de hecho consentidores, y si no se quiere tener enojos o malos entendidos hay que aclararles todos los puntos de lo que están tratando de educar en los hijos, para que los abuelos no echen a perder los adelantos que se estén logrando en diferentes temas como horarios de comer, hacer tareas, ordenar sus cosas, etcétera y más bien los refuercen, pero si no saben no se les puede recriminar nada.

    El rol que se otorga al abuelo de memoria familiar y vínculo entre el pasado y el futuro repercute a su bienestar personal, dándole significado a su trayectoria vital en la etapa de la vejez cuando ya están en esa etapa de la vida. Disfrutar el rol de abuelos, tener mayor cercanía con los nietos y sentirse contentos por ello, hacer feliz al nieto es la satisfacción general de la abuelidad y da sentido a la vida en general.

    Algunos consejillos para los abuelos: Haz lo que puedas y no te sobrecargues de labores. Cuidar de los nietos debe ser una actividad placentera, nunca una carga o labor que nos supere.

    Aprender a decir “no” ante tareas que no te veas capaz o tienes otros planes o compromisos. No descuidar la propia salud, conocer dónde están sus límites y hacerse revisiones médicas.

    Establecer buena comunicación ante cualquier problema o situación que se va de las manos hablarlo con los hijos, lo mejor es establecer reglas básicas y comunicación fluida con los hijos.

    Reservar su propio espacio y tiempo, seguir practicando las actividades que gustan y ratos de ocio, mantenerse en forma con ejercicio y dieta adecuada y ejercicio de la mente.

    No sentirse culpables por no poder realizar las tareas como antes, los años cuentan. Pensar en ti a la hora de planear actividades. Poner límites, estar con los abuelos no significa que “haga lo que le da la gana” establecer normas que el nieto debe cumplir.

    Bien pues la idea es ser de esos abuelos que forman, que marcan en el modo de sentir, de pensar, de valores que ellos tienen, a los que se les pueda admirar y que influyan en el corazón de niños y adolescentes, no por ser exitosos en su profesión, empresarios, doctores, etcétera, sino como persona honesta, leal, fiel a sus principios y a su familia, alegres y sabios que aconsejan con cariño y ciencia.

    Los abuelos tienen una misión grandísima en la historia, la de transmitir vida espiritual a los nietos, transmitir valores trascendentes en las cosas pequeñas del día a día, ver que sus abuelos rezan el rosario, se arrodillan en el templo, van a misa o lo que sea en su religión, les enseñan a rezar aquellas oraciones que ellos decían de chicos, los que cuentan la historia de su familia y dan raíces profundas a los nietos y como eran las cosas antes cuando ellos eran chicos, las cancioncillas y juegos que jugaban, como eran sus hijos cuando chicos y sus travesuras, los que les enseñan trucos, manualidades, etc.

    Pero también y muy importante enseñan también a morir, sí, cuidado porque tendrán esa experiencia y depende de cómo vivimos cómo morimos, en paz con Dios y las personas o en rebeldía y desesperación. Todas estas cosas marcan profundamente a los nietos.