¿Será que lo estamos logrando? O estamos en pleno frenesí de fiestas, compras de último momento, envoltura de regalos, preparación de la cena, cada quien se complica como quiere, porque sí por todo eso se nos está olvidando lo importante, entonces no lo estamos logrando.
No olvidar que en principio es una fiesta religiosa y para quienes tenemos esa religión es incoherente que a todo se le dé tiempo y atención menos a la razón de la fiesta, estas fechas engloban muchas tradiciones familiares, mismas que hay que revisar y pulir, para que tengan sentido y lo sepan todos los miembros, cada familia tiene sus modos de vivir estas fechas son parte de la tradición familiar pero las circunstancias cambian, las personas crecen, maduran, envejecen, muchos se van por una razón u otra, hay nuevos miembros, y la economía sufre o mejora. Pero la razón sigue siendo la misma: el nacimiento en Belén del hijo de Dios, un bebé llamado Jesús que viene a salvarnos.
Segundo, es una fiesta familiar de modo que es importante que la familia participe de su preparación y desarrollo, de acuerdo con las posibilidades, pero sin perder el sentido, es decir, puede ser muy austera si no se dispone de mucho dinero, hoy es de lo más común, pero no por eso sentirse abatidos y frustrados si la cena es económica y los regalos pocos, igual si hay medios económicos no se trata de tirar la casa por la ventana, va contra la razón de la fiesta un nacimiento pobre, hay adornos que solo son eso y no tienen ningún sentido aquí ni hay nieve ni renos, pero la corona de Adviento no es decoración tiene una razón y un fin que hay que saber y utilizar, lo mismo la que colgamos en la puerta.
Que los que ponen el ambiente navideño sean todos los de la casa, no quedará para foto de revista, pero será más divertido y formativo los que llegan sea con uno de los platillos del menú, lo importante es la convivencia familiar solo chilaquiles o con lo que sea, ojala no sea un animalito sacrificado que también se puede comer rico sin ellos, y más barato.
El árbol, una manera de mostrar la alegría, el nacimiento no es adorno debe ser interactivo hacer oración frente a él poniéndonos en el lugar de cada figurita, cómo viviría ese personaje ese acontecimiento, los niños poniendo pajitas y algodón en donde se pondrá el niño para que esté suave y caliente cuando llegue y después del 24 que lo arrullen y canten y hagan pequeñas oraciones, los reyes pueden ir adelantando en el camino, cada familia puede inventarse sus tradiciones el chiste que tengan significado y la fiesta no solo sea corre, compra, bebe y come, no dejarnos enredar por ese torbellino de fechas y compromisos.
Y como no debemos desperdiciar ocasiones de educar, el tema ahora es la paz, la alegría, el amor, la pobreza y templanza las canciones navideñas hablan de eso pero el chiste no es cantarlo sino hacerlo, ¿cómo nos ven hacerlo?, sí, estamos estresados y de pocas pulgas, lo que irradiamos no es paz ni alegría porque tendríamos que estar con paz y alegría en un país que está como está, discúlpenme quienes si me leen no tienen ninguna religión, a mí me da paz y alegría saber que tengo un padre todopoderoso que me ama, aunque no entiendo sus caminos; para los que creen en Dios todo es para bien, y si algo enseña el nacimiento es que los que tienen a Dios no necesitan nada más Él se encarga, nació en un pesebre sin nada solo amor, alegría y paz.
Entre lo que nos vino a enseñar Jesús al nacer en un pesebre seguramente con frío, la humildad por ejemplo, el Rey viene a nosotros como uno de nosotros, pero sin nada de lo que nosotros consideramos indispensables, cosas materiales no tendrían más que pañales alguna cobijita un viaje largo en burro qué tanto podrían llevar, de pronto de la limosna de los pastores leche de oveja o queso, algo de pan.
Entonces ¿hay templanza en nuestra forma de divertirnos o comemos de sobra, tomamos igual, bailamos bajo estos influjos, la alegría es de dientes para afuera solo por estar a tono, por cumplir, por aparentar, es decir que alegría no es, si critico o envidio o hay rencor con alguien, entonces lo que no hay es paz. Hay pobreza en nuestros gastos o me endeudo para todo el año que empieza, compro regalos caros para quedar bien con quien me conviene, me siento triste por no poder comprar y regalar como me gustaría.
Algo importantísimo que enseñar en estos días es la empatía, de entrada que se enteren los hijos que la razón de nuestra vida en la tierra es servir y ayudar a los demás es decir darnos no dar cosas sino uno mismo en estos momentos hay demasiadas personas que no tienen ni lo que consideramos indispensables, hay que dar a esos no lo que nos sobra o ya no queremos sino lo que necesitan y mucho no andar poquiteando para tranquilizar la conciencia.
Les deseo de todo corazón pasen una feliz y muy vívida Navidad.